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Por qué el miércoles es el mejor día para trabajar desde casa

Una iniciativa, de arraigo creciente en Estados Unidos, invita a los empleados a trabajar el tercer día de la semana desde su domicilio. Los expertos nos cuentan sus ventajas.

Los miércoles de teletrabajo puede ser una solución para conciliar.
Los miércoles de teletrabajo puede ser una solución para conciliar.

Todo comenzó con una colaboración, de carácter semanal y temporal, en el colegio de sus hijos. Shari Buck, fundadora de la start up Doximity, un directorio médico online, vivía por aquel entonces a una hora y media de trayecto de su oficina, por lo que conciliar vida laboral y familiar sin violar sus horarios se antojaba imposible. Decidió entonces hacer frente a este conflicto de agendas, mantiendo su participación en la educación de sus hijos y trabajando el día en cuestión, los miércoles, desde casa. Sin pretenderlo, y según cuenta ella misma en este artículo publicado en la edición estadounidense de la revista Forbes, Buck consiguió equilibrar la tan cuestionada balanza entre el teletrabajo y la asistencia al espacio laboral. “Cuando mezclas los dos ambientes sacas lo mejor de ambos mundos al permitir una mayor innovación, flexibilidad, diversidad o perspectivas frescas; al mismo tiempo que se crea una mayor eficiencia”.

La anécdota tuvo tanto éxito que Buck decidió extenderla al resto de los 280 empleados de la empresa, sin excepción, y su ejemplo ya ha sido copiado por un número tan considerable de empresas como para afirmar que los Work From Home Wednesdays (Miércoles de trabajo en casa) son ya toda una realidad en el ecosistema laboral estadounidense. Dos jornadas en la oficina, una de teletrabajo y de nuevo a la oficina supone una división equilibrada y que garantiza un consistente flujo de trabajo. “Esta iniciativa rompe con la monotonía y evita la tentación de alargar el fin de semana que podría suponer que ese día se estableciera en lunes o viernes”, explica a S Moda la coach de carrera profesional María Fontal. “Además, los miércoles ya existe una dinámica de trabajo semanal establecida y unos asuntos para resolver durante esa semana, con lo que trabajar desde casa. No solo no distrae de la tarea, si no que nos permite máxima concentración”, añade.

Estas no son las únicas razones por las que el tercer día de la semana puede ser el perfecto para prorrogar nuestra cordial relación con el pijama. “El estado de ánimo mejora al no sentirnos dentro del día de la marmota. Este descanso podría convertirnos en mejores trabajadores, fomentando la creatividad y alcanzando una perspectiva renovada en nuestro desempeño de las tareas”, sostiene Francisco J. Martínez, psicólogo en Barcelona en psicorelacional.com. A pesar de que todavía está tan abierto como vigente el debate en torno a la idoneidad o no del teletrabajo en nuestro país –una opción cuestionada por una gran cantidad de trabajadores– los efectos positivos de un oasis semanal en el rendimiento parecen probados. “En las consultas de psicología es recurrente el estrés causado por horarios de trabajo que hacen incompatible la convivencia entre los miembros de una familia. No olvidemos que el 80% de las enfermedades están asociadas al estrés”, dice Martínez. Según Elena Huerga, coach de desarrollo laboral, “el empleado estará tan agradecido por la flexibilidad de ese día que seguramente rendirá más y mejor. Si puede bajar 15 minutos a realizar un recado a su banco, no le va a importar trabajar una hora más si así lo requiere el momento. Tendremos trabajadores felices y por tanto más productivos y comprometidos”.

Además del significativo incremento en el bienestar y rendimiento de la plantilla, medidas de este tipo también pueden suponer una ventaja extra para las empresas en el campo de los recursos humanos. “Es un dato importante a la hora de captar talento. La flexibilidad está cada vez más valorada por los profesionales”, dice Huerga. María Fontal reincide en ese aspecto, aludiendo a la gran demanda que tiene este modelo de trabajo entre la generación millennial. “Creo que algunas organizaciones se lo están planteando y puede ser una tendencia cada vez más implantada. Las empresas que lo aplican están percibiendo buenos resultados en cuanto a, por un lado, ahorro de costes; y por otro, una mejor motivación de los empleados, ya que pueden percibirlo como una ventaja frente a otras empresas con horarios más rígidos”.

Con todo esto sobre la mesa, solo queda responder a la pregunta: ¿cruzará el charco y será adaptada en nuestro país? Para Francisco J. Martínez, esta puede ser una buena oportunidad para instaurar por fin la cultura del teletrabajo. “Obligando a las personas a acudir a la oficina sin motivo real (gran cantidad del trabajo se puede realizar desde nuestra propia casa) se introduce en el imaginario común un mensaje implícito, ‘Si no te controlo, no rendirás todo lo que debes’. Se ha demostrado que esto es falso y que los trabajadores compensan con más horas de trabajo (entre un 10 y un 20% más) al sentirse premiados por sus jefes”. Fontal apoya la medida pero eludiendo universalizar la tesis: “Trabajar un día desde casa tampoco es posible en todo tipo de trabajos, pero para muchos puestos, sobre todo oficinas, puede ser una opción interesante”. “Sería fantástico que la empresa diera la oportunidad pero que no fuera obligatorio”, explica Huerga, que concluye: “Hay personas que se organizan perfectamente solas y otras que, sin el equipo y la sensación de obligatoriedad, no son tan productivas. No hay fórmulas que funcionen para todo el mundo”.

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