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Por qué aprender a tirar cosas te puede hacer más feliz

La teoría del Dan-sha-ri anima a tirar todos esos objetos que no son necesarios y que acumulamos sin sentido, como una nueva forma de mejorar nuestro estado de ánimo

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Facebook Hideko Yamashita

Elouise Casserly no se gusta cuando se mira al espejo. Tampoco le gusta su trabajo y casi todas sus relaciones interpersonales son un tanto tóxicas. Un día lee un artículo que le impulsa a hacer limpieza general en su casa y en su vida. El resultado es que cada vez que tira la basura se siente más ligera, segura y poderosa, lo que le hace descubrir que organizar su casa, está acabando con el caos de su vida. Ese es el argumento de la nueva edición de la novela Al llegar la primavera de Milly Johnson, pero lo cierto es que es una historia que ya ha traspasado la ficción.

Gracias a Marie Kondo son muchas las personas que han descubierto que ordenar su casa puede ser el primer paso para ordenar su vida. Sin embargo, la conocida japonesa se inspiró para crear su método en la llamada teoría DAN-SHA-RI, que ya llevaba años practicándose en territorio asiático. Ahora, la precursora de esta filosofía de vida, Hideko Yamashita, publica en España su ya ‘best seller’ Ordena tu vida. Quédate solo con lo necesario, ¡y encuentra la felicidad! (Planeta), que pretende no ser solo un modelo de decoración, sino sobre todo un revolucionario método autoayuda.

Esta idea se basa en tres principios básicos. El DAN, que supone cerrar el paso a las cosas innecesarias que tratan de entrar en nuestra vida, es decir, adquirir solo cosas que de verdad sean necesarias; el SHA, que significa tirar todo aquello que es inservible y que inunda nuestras casas y por último el RI, que es convertirse en una persona despegada de las cosas, consiguiendo un entorno más relajado y por lo tanto un mejor humor.

Personas que no saben tirar

Tras 8 años impartiendo seminarios de Dan-sha-ri, Hideko Yamashita ha elaborado una lista de los tres tipos de personas que “acumulan trastos”, teniendo en cuenta que las distinciones a veces no son del todo claras y que hay quién comparte varias características. Así, la autora define las siguientes:

Tipo huida de la realidad: Se trata de un tipo de persona incapaz de ponerse a ordenar las cosas al estar muy ocupada y apenas pasar tiempo en casa. En muchos casos, el hecho de no estar en casa, se debe a su descontento con la familia o se busca excusas para estar cada vez más ocupado. Es fácil caer en el círculo vicioso de no querer estar en casa, precisamente porque está desordenada y no es un lugar en el que nos sintamos cómodos.

Tipo apego por el pasado: Serían las personas que guardan cosas del pasado, que en la actualidad ya no utilizan. Por ejemplo, guardan álbumes y trofeos como si fueran algo de suma importancia. Detrás de eso se suele ocultar un aferrarse a épocas felices del pasado. En ocasiones, tiene cierta relación con el tipo anterior, en el sentido de que no quiere enfrentarse a la realidad.

Tipo inquietud hacia el futuro: Las personas que se corresponden con este tipo comparten una gran inquietud por las cosas que podrían suceder en el futuro. Una característica es la de almacenar un exceso de objetos cotidianos, como por ejemplo cajas de pañuelos de papel. Suelen justificarlo por el hecho de que quedarse sin estos elementos, sería un problema que les haría sentirse intranquilos. De los tres tipos descritos, este último sería el más abundante.

¿Por qué ordenar tu casa ordena tu vida?

El libro explica no solo los orígenes y metodología del DAN-SHA-RI, sino sobre todo cuáles pueden ser sus efectos positivos, de una forma muy práctica y cercana. Si te has sentido identificado con alguno de los tres tipos de personas “que no saben tirar”, el practicar Dan-sha-ri te puede ayudar a reflexionar sobre algunas de las siguientes cuestiones:

1. La elección de las cosas implica tomar conciencia: Las cosas que elegimos también hablan de nosotros. De esta forma, al practicar Dan-sha-ri “comienza a activarse un mecanismo psicológico que nos permite usar cosas de calidad y cambia nuestra percepción de nosotros mismos”. Por ejemplo, reservar ciertos utensilios para ocasiones especiales porque “es una lástima usar algo tan bueno”, se traduce en que “no es apropiado para mí”. Por ello, la autora recuerda que “las cosas que usamos ofrecen tanto una imagen de sí mismas, como de las personas que las utilizan”.

2. Recuperar la energía y el espacio de los que se habían apoderado las cosas: Cuando uno empieza a pensar en tirar cosas, se da cuenta de que el espacio en el que vive, tiene más trastos de los que pensaba. Por ejemplo, “guardar los cubiertos de plástico que vienen con la comida precocinada, por si acaso nos vamos de picnic”, ¿pero los hemos usado realmente alguna vez para irnos de picnic como para seguir guardándolos? ¿Podemos usar ese espacio para algo más útil?

3. Redefinirse a uno mismo empieza por los cajones: ¿Cuánta ropa vieja de esa de “a ver si me la puedo volver a poner” guardamos en el armario? Hay que distinguir entre lo que es necesario y lo que guardamos por apego. Pero según la autora “no es el cariño lo que nos lleva a guardar tanta ropa, es un apego mal entendido, casi obsesivo”.

4. La relación con las cosas cambia la relación con la gente: Elegir las cosas que queremos en nuestra vida, también ayuda a elegir mejor a las personas que queremos en ella. Según Yamashita “alguien que se conforma con cualquier cosa, recibe un trato equivalente de los demás”. Si parece que cualquier cosa nos vale, repararán menos en nosotros, por ejemplo, para tener más mimo en un regalo.

5. Tirar basura ayuda a pulir el sensor de inteligencia inherente: Según la autora “tirar las cosas que podemos calificar de basura, equivale a pulir nuestra inteligencia inherente. Es un acción simple”. Eso es así, porque al hacerlo es nuestro propio juicio el que debe de encargarse de mantener un ambiente cómodo y apropiado, lo que supone un trabajo constante de pulir y pulir, prolongado en el tiempo, que supone establecer una forma diferente de pensar.

6. Las cosas tienen valor cuando se utilizan: Muchos de nuestros problemas de estrés o ansiedad derivan de pensar demasiado en pasado o en futuro. También por eso acumulamos cosas, pensando en el cariño de un momento pasado o en una posible utilidad en el futuro. Sin embargo, Yamashita deja claro que las cosas “deben cumplir su función en el momento del presente. Son bellas cuando están donde deben estar”.

7. Cambiar el planteamiento de restar por el de sumar: El hecho de sentirnos activos y de tomar la iniciativa en nuestra casa y en nuestra vida, también cambia la orientación de nuestros pensamientos. “Si no confiamos en nosotros mismos es porque restamos al pensar”, por ejemplo con ideas del tipo “tampoco hoy he hecho esto…”. En cambio, proponernos eliminar lo que sobra de nuestra vida es un trabajo continuo que ayuda con pensamiento del tipo “hoy he hecho esto y he cumplido mi promesa”, que nos hace sentir mejor con nosotros mismos.

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