Cómo la demanda de sostenibilidad está cambiando el mundo de la cosmética

La sostenibilidad pasó de ser una aspiración a largo plazo a una tendencia presente que se impone con brío en cosmética y cuidado personal, acelerada por la crisis del coronavirus. Así lo creen desde la firma Mintel, especializada en la investigación de mercados: «A medida que los consumidores emergen del confinamiento, la relación con su entorno cambia. Esto les obliga a reevaluar las prioridades de compra con consideraciones eco y éticas que impulsan un gasto más consciente». El cliente sabe que sus actos de consumo tienen consecuencias. Y estos, en el área de la belleza, son cotidianos: según Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), el gasto alcanzó en 2020 en España los 7.761 millones de euros. Lo que equivale a un total de 154 euros por persona.

En el nuevo escenario se exige transparencia y menor impacto, pero sin renunciar al resultado: «Nuestro fin último es conciliar la eficacia y la seguridad de nuestros productos con la sostenibilidad», afirma Delphine Viguier-Hovasse, presidenta global de marca de L’Oréal Paris. La firma acaba de anunciar su programa, L’Oréal For the Future, con el que actualiza sus objetivos con nuevas métricas. «Reduciremos a la mitad las emisiones de carbono por producto terminado para 2030», explica. Para esa misma fecha, asegura, «el 100% del plástico que usemos será reciclado y reciclable, el 100% de nuestros ingredientes de origen natural se obtendrán de forma sostenible y el 100% de nuestras fábricas serán neutrales en emisiones de carbono». Los datos se traducen en cambios que afectan a toda la cadena: en la fórmula, como la de la gama Elvive, que precisa menos agua en su aclarado; o en el envasado que se reduce, el frasco de la crema Revitalift adelgaza 11 gramos lo que supondrá un ahorro de 434 toneladas de vidrio al año. Planes globales y evolución constante para llegar a crear una industria con un impacto positivo. Para que su huella se vea solo en las sombras de colores.