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Así es el millonario futuro de la cosmética eco

Con la rentabilidad ya satisfecha, el sector de la belleza orgánica se propone dos objetivos de futuro: un mayor respeto por el medio ambiente y aumentar en eficacia

Javier Caballero

25.110 millones de dólares. Ese es el valor que la consultora Grand View Research prevé para la cosmética natural y ecológica a nivel mundial en 2025, según su último informe sobre el sector, un mercado que en 2017 alcanzó los 12.190 millones. Con un crecimiento anual que oscila entre el 8 y el 10%, la fiebre por este tipo de cosméticos parece imparable.

En España, el crecimiento de estos productos aumentó un 20% de junio 2017 a junio 2018, como informó la Sociedad Española de Químicos Cosméticos. Incluso a nivel comunitario existen datos que confirman la tendencia al alza: de 2016 hasta mediados del año pasado, la venta de cosméticos ecológicos se incrementó un 30% en la Comunidad de Madrid, de acuerdo a un estudio de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. «Se está viviendo un cambio de conciencia a nivel mundial que, por supuesto, ha llegado a España», explica Carolina Robla, directora de Natural Cosmetic Lab, fabricantes de cosmética natural y ecológica certificada. «Además, se suma que cada vez hay más personas con problemas de alergias o intolerantes a determinadas sustancias y productos que se ven obligadas a buscar alternativas más sanas».

Es importante diferenciar entre la cosmética natural y la ecológica, aunque las investigaciones las suelen meter en el mismo paquete. Mientras la primera refiere a productos formulados con ingredientes de origen natural, la segunda se fija también en el respeto al medio ambiente. «La cosmética natural incluye en su formulación un 90% de materias primas de origen vegetal o animal, por lo tanto, no es vegana», profundiza Robla. «La otra debe probar que un mínimo de su formulación proviene de la agricultura ecológica, y no se experimenta en animales». De hecho, entre las decenas de certificados disponibles en el mercado, se dan tres categorías: producto natural (no pueden tener ningún derivado sintético), producto natural con porcentaje ecológico (mínimo de un 20% de materias primas eco) y producto ecológico (entre un 90 y un 95%). ¿Todos los productos naturales o ecológicos muestran el suyo? «Además de cumplir determinados requisitos, muchos sellos tienen un coste y muchas marcas que reúnen los requisitos no ven la necesidad de gastar dinero en la acreditación», asegura Anabel Vázquez, fundadora de la plataforma de venta cosmética online Laconicum.

Hacia una aproximación más sostenible, precisamente, se dirige la industria, según coinciden los expertos consultados. «Lo que más preocupa a los usuarios es la ética cosmética y la sostenibilidad», afirma Raquel González, directora de ventas y formación de Pure Skincare, que comercializa marcas como Medik8, que intenta salvaguardar la naturaleza con procesos de eficiencia energética, ausencia de microperlas en su formulación o envases de vidrio con un 40% reciclado. «Uno de los objetivos principales debe ser la búsqueda de técnicas de fabricación más eficientes que reduzcan emisiones y residuos, desde la extracción de la materia prima hasta cómo se usa y se desecha. El tipo de envasado está en el centro, debido a la contaminación de los océanos y el exceso de residuos plásticos». Algunos datos lo confirman: la última encuesta encargada por la Federación Europea de Envases de Vidrio desvela que el 77% de los millennials prefieren los productos de belleza, perfumes y medicamentos en vidrio frente a otros materiales. Por considerarlo el más reciclable y concienciado con la protección de los océanos, pero también por el escudo que supone para la sustancia que contiene. Entre el 83 y el 86% de los encuestados considera que es el que mejor transmite y preserva la calidad, así como el aroma.

La eficacia de estos productos es otra de las demandas del cliente, y objetivo de las firmas. «El consumidor conoce el mercado y sabe que natural o ecológico ya no pueden ser sinónimo de productos que ofrecen una efectividad limitada, texturas poco cosméticas y aromas toscos», garantiza Óscar Sánchez, director de formación de Davines España, firma italiana que lleva la conciencia por el medio ambiente en su ADN. «Se busca la excelencia en todos los aspectos, la naturalidad es el nuevo lujo».

Un último reto, que se les antoja más difícil de abordar, es el precio. «Fabricar sin químicos y tan solo con productos naturales encarece los costes», dice Mireia Trepat, cofundadora y CMO de Freshly Cosmetics, firma online de cosmética natural. «Tenemos que asumir que el precio va a ser casi siempre mayor al de otros productos específicos en el mercado». Para ello, confían en el entendimiento del usuario, que apuesta por invertir en su salud y en el medio ambiente. «Aún tenemos que concienciar a muchas personas de que esta cosmética aporta valores cualitativos y sanitarios que otros productos más económicos y artificiales no garantizan».

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