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Así se fabrican los polvos Terracotta de Guerlain, el ansiado ‘efecto buena cara’

De la ciudad francesa de Chartres salen los célebres polvos bronceadores Terracotta de Guerlain. Concretamente, una paleta cada 35 segundos. Visitamos la fábrica para ver cómo se crea uno de los productos de maquillaje más vendidos del mundo.

Los ingredientes, polvos y aceites se mezclan, se tamizan y se colocan en moldes de manera manual antes de ser comprimidos para transformarse en las pastillas que darán forma a los Terracotta, tras pasar por la línea de montaje que los viste con su estuche, etiquetas y caja.
Los ingredientes, polvos y aceites se mezclan, se tamizan y se colocan en moldes de manera manual antes de ser comprimidos para transformarse en las pastillas que darán forma a los Terracotta, tras pasar por la línea de montaje que los viste con su estuche, etiquetas y caja.POL BARIL
Patricia Rodríguez

Para acercarse a las partículas que darán forma a los Terracotta (los bronceadores de Guerlain) es obligatorio pasar por vestuario: fuera zapatos de la calle y joyas, pelo recogido en redecilla, bata limpia y desinfección de manos para evitar contaminación o riesgo laboral. El interior es tan aséptico como luminoso, con grandes superficies de metal que recuerdan a los fogones de un restaurante. Aquí también se preparan recetas, pero se asemejan a las de la cocina molecular.

La mezcla de polvos antes de formar los bronceadores.
La mezcla de polvos antes de formar los bronceadores.Pol Baril

En la sede, propiedad del conglomerado de lujo LVMH, trabajan 400 personas. Se elaboran todos los productos de tratamiento y color de la casa, junto a los que quizá sean los polvos de sol más famosos. De ellos se vende una paleta cada 35 segundos. Todas se crean en esta fábrica situada a una hora al suroeste de París, en lo que se conoce como Cosmetic Valley, el valle de la cosmética, una zona especializada en la producción de cremas y maquillajes a las afueras de Chartres. Es orgullo nacional: el valor añadido de la cadena de operaciones ha permitido no deslocalizar una industria —la perfumería y cosmética— que factura en el país galo más de 16.200 millones de euros al año.

Un empleado sella el producto final.
Un empleado sella el producto final.Pol Baril

Icono del neceser desde 1984, detrás de cada pequeño estuche Terracotta hay tecnología y trabajo manual. “Cuando se lanzó en los ochenta fue un éxito inmediato y creó una nueva categoría”, reconoce Brigitte Noe, directora de desarrollo e innovación galénica en LVMH, “cuando se aplicaban los pigmentos con una brocha el tinte continuaba desarrollándose, se fusionaba con la piel de manera natural para un rostro bonito y un poco bronceado”. Ella es la responsable de escribir la receta con la que se confeccionan hoy y fue la encargada de reformularlos hace dos años, cuando dio el salto a un producto con un 96% de ingredientes naturales: “Fue dificilísimo, pero se funde con la piel incluso más que la versión anterior”.

Las pastillas esperan a ser encapsuladas en sus envases.
Las pastillas esperan a ser encapsuladas en sus envases.Plató S Moda

El secreto actual es la mezcla de polvos y elementos oleosos que los recubren —“un aceite sedoso”—, así como una molienda peculiar para conseguir un acabado fino que se asemeja al tacto de una crema. “La fase grasa que recubre los pigmentos hace que no sean muy secos o polvorientos y que se sientan como una película uniforme sobre la piel”. Los polvos se tamizan para darles volumen, al igual que en una masa culinaria, y en el último momento se añade otro emblema de este afeite, el aroma. Tan famoso que en 2014 se convirtió en un perfume con notas de coco, flor de tiaré, jazmín o vainilla. “Se pone al final para que la fragancia no se dañe en la fase de molido, porque ahí la fórmula se calienta un poco”, dice Noe.

Esta máquina es capaz de leer las palabras grabadas en los polvos. Se encarga de girar cada pastilla para alinear ese ‘Terracotta Guerlain’ al colocarlas en su estuche, para que las letras siempre miren hacia adelante.
Esta máquina es capaz de leer las palabras grabadas en los polvos. Se encarga de girar cada pastilla para alinear ese ‘Terracotta Guerlain’ al colocarlas en su estuche, para que las letras siempre miren hacia adelante.Plató S Moda

Las manos enguantadas alinean partículas antes de ser comprimidas y pasar a las cadenas de montaje, donde las pastillas se insertan robóticamente en estuches y cajas. En las últimas décadas ha cambiado la atención a la trazabilidad de las materias primas (por ejemplo, el aceite de argán proviene de una cooperativa en Marruecos que asegura el empleo de calidad) y el análisis del impacto de cada elemento. La familia Terracotta también crece: a los bronceadores originales se sumaron escultores, iluminadores o versiones ligeras. Ahora, el fondo Terracotta Le Teint, una base que evoca el polvo. “Se trataba de mantener el ADN Terracotta, pero ha sido un proceso complicado. Incluimos tensioactivos que nunca habíamos usado en los fondos de maquillaje para que fuera sensorial y estable. Tiene un 17% de pigmento, más que en una base normal”, explica Noe. Otro producto que busca encapsular el efecto de los rayos de sol desde estas líneas de producción francesas.

Polvo iluminador Terracotta Luminizer.
Polvo iluminador Terracotta Luminizer.

Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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