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El lado bueno de la mascarilla: cuatro beneficios que llevarla puede aportar a la piel

Una vez superado el mal trago, nos fijamos en la cara oculta de nuestra fiel compañera en los últimos meses. Según los expertos, su uso también puede favorecer al cuidado de nuestra piel.

Funciona como pantalla total y aumenta el nivel de limpieza: llevar mascarilla también puede beneficiar a nuestra piel.
Funciona como pantalla total y aumenta el nivel de limpieza: llevar mascarilla también puede beneficiar a nuestra piel.© Getty Images (Getty Images)
Eva Armas Gil

Fue exactamente el pasado 28 de junio de 2020 cuando se registró la primera búsqueda en Google del concepto maskné. No lo vimos venir, pero el uso continuado de la mascarilla (que por entonces comenzaba a ser obligatoria) y sus primeros efectos secundarios más visibles, formaron uno de los dúos mejor avenidos y de nombre más exitoso y marketiniano de la era Covid. Como si de una pareja del star system hollywoodiense se tratase, las mascarillas y el acné quedaban así unidos para siempre. Desde entonces, el “acné de mascarilla” ha sido protagonista del mayor porcentaje de artículos de belleza en medios de comunicación y la mayor inquietud cutánea que ha desvelado a dermatólogos y pacientes de todos los sexos, edades y tipos de piel, desbancando por primera vez a las arrugas y otros signos de envejecimiento como máxima preocupación.

Sin embargo, y aunque no es intención de esta redactora minimizar los perjuicios que ha supuesto esta nueva normalidad para la piel y que ella misma experimenta a diario en primera persona, ha llegado el momento de dar la vuelta a la tortilla y centrarnos en convertir esas amenazas en oportunidades y potenciales fortalezas. La buena noticia es que las hay: tras un año estudiando los resultados de estos nuevos hábitos, los expertos han llegado a conclusiones. Y, más allá de esas lesiones por confinamiento que aún debemos sanar, existen ciertas aristas desde las que mirar las ventajas que nos aporta llevar mascarilla en nuestro día a día. Son estas.

1. Protege contra temperaturas extremas y los cambios bruscos

Pudimos comprobarlo el pasado mes de enero cuando Filomena vino para darnos nuevas lecciones. Una de las que nos ocupan: la mascarilla servía, más que nunca, como protección contra el frío, el hielo y la sequedad en la piel. No solo eso, sino que continúa funcionando como barrera en esas situaciones en las que nos enfrentamos a cambios bruscos de temperatura entre exterior e interior o nos exponemos a aires acondicionados. “El uso de la mascarilla minimiza los cambios bruscos de temperatura a los que habitualmente sometíamos a la piel al pasar del exterior a lugares cerrados y viceversa y que se traducían en una mayor vasodilatación y deshidratación cutánea”, comenta Paola Gugliotta, fundadora de Sepai..

2. Incentiva más y mejor limpieza

El consejo más repetido a la hora de luchar contra el maskné ha sido realizar la doble limpieza facial dos veces al día, tanto antes de colocar la mascarilla como al volver a casa y retirarla, y ha calado en la sociedad. “Ahora, la sensación de ‘suciedad’ con la que llegamos a casa nos está llevando a extremar la limpieza facial y esto repercute positivamente en la piel, que está más oxigenada y, a la larga, puede cumplir mejor con sus funciones celulares”, desarrolla Sonia Márquez, directora de comunicación de +Farma Dorsch. Sin convertirse en una obsesión, puede decirse que en este aspecto ya hemos logrado hacer de la necesidad virtud.

3. Evita un alto porcentaje de agresiones externas

Al hilo del punto anterior, ni que decir tiene que uno de los factores que más perjudica al acné es que, sin excepción, nos tocamos y maquillamos demasiado los granos y las marcas cuando nos salen. ¿Qué está consiguiendo el uso de la mascarilla? Que no lo hagamos: “Hemos notado que las pieles naturalmente acneicas están teniendo una mejor evolución de los comedones, ya que se tocan menos la cara”, advierte la Doctora Paula Rosso, del Centro Médico Lajo Plaza. O, como bien y con humor viralizó Twitter en su momento:

Al hecho de tocarnos menos las imperfecciones, se unía el de poder llevarlas tapadas y no tener la necesidad de eliminarlas con prisa ni de maquillarlas en exceso. Un win-win.

4. Potencia la mirada y el cuidado y maquillaje de ojos

Nos lo desvelaban desde Sephora ya en los primeros meses de nueva normalidad: “Según nos hemos adentrado en la progresiva desescalada en la que salíamos más a la calle y debíamos llevar la mascarilla, hemos experimentado un crecimiento online por encima de la media en los ojos: en concreto en las máscaras de pestañas, eyeliners y sombras de ojos, llegando a haber rotura de stock en algunos productos”, contaba Irma Ugarte, Directora de Marketing y E-Commerce de Sephora España.

Pero no solo el maquillaje ha experimentado este auge, sino también los productos de cuidado de la piel como contornos de ojos: “Las que pensaban que el contorno de ojos era un cosmético ‘optativo’ han empezado a utilizarlo, conscientes de que la mirada es ahora el centro de atención y han sido conscientes de la efectividad de estas fórmulas a la hora de minimizar patas de gallo y reducir bolsas y ojeras”, desvela Sonia Márquez.

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Sobre la firma

Eva Armas Gil
Graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Comunicación Editorial por la Universidad Carlos III de Madrid, ha dedicado su carrera a medios digitales especializados en belleza, moda y estilo de vida. Ha escrito en las ediciones españolas de AD, Glamour, Grazia y Harper’s Bazaar y, ahora, hace lo propio en EL PAÍS y S Moda.

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