6 trucos fáciles para iluminar el rostro

La genética otorga una mayor o menor armonía en los rasgos faciales, pero son la edad y el ritmo de vida los que dan o roban luz al rostro. Por eso los niños siempre están resplandecientes. Igual que nosotras después de unos días de vacaciones. Todo lo contrario que en períodos de estrés. Un rostro que refleje bien la luz parece más joven, más armónico, más descansado. En resumen, más bello. “Una cara más bonita es aquella con una personalidad sobresaliente. Al final, todo se resumen en una cuestión de luz”, señala Lloyd Simmonds, director creativo de Yves Saint Laurent Beauté. Muy bonito sobre el papel, pero lucir una tez resplandeciente con el trajín que vivimos en pleno siglo XXI no es sencillo. Afortunadamente la cosmética de última generación nos echa una mano. “Las mujeres buscan la combinación perfecta entre un maquillaje ultraeficaz y un tratamiento que realce la belleza de la piel ofreciendo el máximo resultado con el mínimo esfuerzo”. O sea: fácil de usar y que no nos robe mucho tiempo. El profesional nos da algunos trucos para sacar nuestro rostro del lado oscuro. Y se pueden usar todos o solo algunos, según la necesidad.

 1. Exfoliar

Cuestión de física de educación secundaria: la luz se refleja mejor en una superficie lisa que en una llena de grumos. Con el cutis pasa lo mismo. Una suave exfoliación retira las células muertas dejando el cutis como un lienzo suave y uniforme. Huye de los productos con partículas exfoliantes abrasivas en favor de texturas amables con el cutis. Quieres eliminar pieles muertas, no decapar una pared de gotelé

 2. Hidratar

El maquillaje no obra milagros, pero puede mejorar notablemente un rostro si se lo ponemos fácil. “Pero las mujeres no tienen ni un minuto para perder. Hay que ofrecer tratamientos multiacción y sencillos de aplicar”. Sabemos que la hidratación es un paso imprescindible antes de maquillar y que una cara jugosa refleja mejor la luz, así que, ¿por qué no aprovechar para potenciar su luminosidad? La clave está en buscar una crema de día altamente hidratante y con partículas con reflejos nacarados, plata y diamante.

 3. Difuminar

¿Qué hacer con los poros dilatados y las pequeñas líneas de expresión? Recurrir de nuevo a la física: esas zonas van a dar sombras, así que hay que disiparlas. “Para eso están los preparadores o primers. Si además llevan pigmentos dorados además de alisar, iluminan la cara”. Eso sí, todo debe ser muy sutil y transparente. Buscas camuflar no convertir tu cara en una bola de discoteca. “Hay que huir de los productos cuyas partículas irisadas sean demasiado grandes porque crean un efecto de purpurina. También de las cremas con un elevado contenido en aceite ya que puede aumentar exponencialmente el nivel natural de grasa de la piel». ¿Cómo aplicarlo? “Poca cantidad, con los dedos y con movimientos circulares. Esperamos a que se fije y haya dejado un acabado mate sobre la piel. Entonces, aplicamos el fondo».

 4. Acertar con el fondo

Ya has camuflado las imperfecciones. Olvida esa vieja idea de que el maquillaje debe quedar como una careta que lo cubra todo y deja que la luz se encargue de camuflar los pequeños defectos. ¿Necesitas más? Busca una base con pigmentos irisados. “Lo aplicamos poco a poco, en finas capas que podemos superponer según el grado de cobertura deseada. Se puede insistir con pequeños toques en la zona inferior de los ojos, cuyo tono nunca es uniforme, o en otras imperfecciones, como granitos, manchas…

5. Haz como Kim (Kardashian)

¿Y si hay zonas más oscuras o queremos crear un efecto más vivo en alguna zona? Kim Kardashian ha popularizado el contouring pero el concepto no es nuevo. “Cuando maquillo a las modelos antes de los desfiles juego con la luz allá donde me interesa con un iluminador. Por ejemplo, para levantar las zonas oscuras como las ojeras, o para unificar el contorno de los labios. Un leve toque en la zona de las sienes o en los pómulos añade frescura al rostro”. Iluminadores hay cientos en el mercado pero, sin duda, el más conocido es el Touche Éclat de YSL: una especie de lápiz-pincel que suelta la dosis justa de producto. Fácil de llevar en el bolso para un retoque en cualquier momento, es el compañero de belleza imprescindible para muchas famosas. Se lanzó en 1992 y hoy se vende una unidad cada diez segundos en todo el mundo.

 6. Pon un velo

Lo más parecido a aplicar un filtro de Photoshop es recurrir a los llamados ‘blurs’ o difuminadores para un acabado mate, luminoso y homogéneo. Los hay casi blancos para quienes adoran un aspecto lívido. Sin embargo, los rosados dejan un look más saludable. “Puede usarse solo, sin base de maquillaje, para un acabado natural, o sobre el fondo si se busca un efecto más sofisticado”. Recuerda: tu rostro no es Instagram y sus cientos de filtros. Con una pasada basta.