YSL llega a Madrid

Estilo, poder, libertad. Esas son las tres palabras que mejor definen a Yves Saint Laurent según Florence Müller. La comisaria de la exposición sobre el genio francés que este jueves 

se inaugura en la Fundación Mapfre de Madrid (donde estará hasta el 8 de enero) quiere que los visitantes descubran a un YSL completo, total, inmenso e inmerso en su proceso creativo. «El fundamento de su trabajo es la construcción de los dibujos y la imagen. Todo eso es historia de la moda», subraya Müller por teléfono desde París, a punto de viajar a España para el estreno de esta muestra organizada en colaboración con la Fundación Pierre Bergé y que pone a Madrid en el mapa de las grandes retrospectivas de moda. «Me gustaría que el público pueda valorar todos los elementos: YSL era un artista, un arquitecto, un pintor, un escultor. Tienes que ser todo eso para hacer lo que él hizo». Y también un filósofo: «Envió un potente mensaje. Pensó en las mujeres de su tiempo, en cómo se moverían y comportarían con su ropa».

Cuando lean estas líneas, los 10 restauradores que durante dos semanas han tratado cada pieza con delicadeza y minuciosidad artesanas estarán poniéndole el lazo final a una exposición que será un éxito, como lo fue el año pasado en el Petit Palais. «En París me habría gustado tener más espacio para incluir lo que hemos traído a Madrid: 81 dibujos y una amplia selección de toiles previos a la producción de chaquetas, vestidos, trajes, guantes y sombreros». Estas obras salen por primera vez de los archivos Bergé. También por primera vez llegan a nuestro país los 150 trajes que se repartirán entre las tres plantas de la sala Recoletos, convertida en un taller de alta costura para tejer la retrospectiva del maestro, donde cada ojal, hebilla, lentejuela, cremallera y lazo tienen que estar perfectos. 

Para Mapfre es clave contar con la obra completa. «Como fundación cultural queremos mostrarlo todo, desde el principio hasta el final», apunta Leyre Bozal, coordinadora de exposiciones de la casa, que espera que los visitantes coincidan con ella. «Los más escépticos pueden pensar que se trata de algo frívolo, pero esto es arte. Su trabajo tiene una fuerte base intelectual. Solo él puede ser YSL». Müller resume la dimensión del diseñador con una frase de la periodista Françoise Giraud: «El secreto que ha convertido a YSL en el rey de su tiempo es el hecho de que odia la moda como tendencia». Lo importante para él era el estilo. «La moda cambia cada temporada. El estilo queda para siempre», concluye la comisaria.

Vestido corto de cóctel de 1966.

Cortesía de Pierre Boulat