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Susan Solomont: «Mi marido tiene buen ojo para lo que me sienta bien»

La mujer del embajador de EE UU en España es una enamorada de la moda, pero nunca llevaría tacones altos. Además, confiesa que le encanta ir de compras por Madrid.

Susan Solomont

En vísperas de las elecciones estadounidenses, demócratas y republicanos intentan animar a los futuros votantes mediante la iniciativa Rock the Vote, celebrada en Madrid bajo la presidencia del embajador de Estados Unidos, Alan Solomont. Susan, su esposa, participó de esta fiesta y encontró un rato para hablar de su armario y su afición por la ropa con S Moda.

Luce unos leggings negros, un blusón rojo con cinturón negro y unas bailarinas de strass. ¿Cómo eligió su ropa para venir a Rock the Vote?

Era una reunión de gente joven, así que decidí ponerme algo que resultase casual. Y, sobre todo, zapatos planos para poder estar mucho tiempo de pie.

¿Qué diseñadores estadounidenses le gustan más?

Donna Karan y Calvin Klein. Pero también, Armani o Missoni. Y los diseñadores españoles.

Vive usted en España desde hace unos años. ¿Compra su ropa aquí?

Parte de ella. Me encanta ir de shopping por Madrid, porque puedes encontrar tiendas de todas las clases, desde las grandes marcas a pequeñas tiendas de barrio donde hay ropa preciosa. Y luego está El Corte Inglés, que me gusta muchísimo.

¿Conoce las marcas de moda españolas?

¡Por supuesto! Compraba en Zara antes de llegar a España y sabía de los maravillosos zapatos que se hacen aquí para firmas como Manolo Blahnik o Stuart Weitzman. Cuando me vine a vivir a Madrid descubrí a Roberto Verino, Adolfo Domínguez y Purificación García.

¿Hay alguna pieza que la haya acompañado durante muchos años y de la que no quiere deshacerse?

Me pasa con la ropa de estar en casa que es muy cómoda. Siempre espero que me siga durando.

Dígame algo que nunca se pondría.

¡Unos tacones altísimos! Me resulta imposible andar con ellos, y que conste que disfruto al verlos en otras mujeres. Por suerte, soy bastante alta y puedo permitirme zapatos bajos.

¿Elige su ropa personalmente o hay alguien que la asesora?

Compro muchas cosas sola, pero a veces pido opinión a mis amigos. En algunas grandes tiendas estadounidenses tienen servicio de personal shopper y me dejo asesorar. Y, lo crea o no, mi marido también interviene. Tiene buen ojo para lo que me sienta bien.

¿Qué hace con la ropa que deja de ponerse?

Mucho de lo que no uso está en buen estado, y en mi país hay instituciones benéficas que facilitan ropa a mujeres que, por ejemplo, no tienen un traje adecuado para una entrevista de trabajo. Me agrada pensar que alguien sacará partido a lo que yo no utilizaré.

Usted tiene un papel institucional como esposa del embajador, ¿eso la condiciona a la hora de vestir?

En cierta forma sí, porque debo elegir mi ropa en función de la posición que ocupo. Y a veces es una suerte, porque me da la oportunidad de ponerme prendas que a lo mejor no tendría ocasión de usar.

¿Cree usted que los españoles tienen buen gusto a la hora de vestir?

Desde luego. Son creativos y se atreven a innovar. Me gusta como se visten las españolas, como llevan los complementos, las joyas. ¡Intento aprender e incorporar eso a mi propio estilo!

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