_
_
_
_
_

María Dueñas: «La falda de cuero negro es mi básico; nunca se arruga»

Confiesa que de coser sabe lo básico para hacer disfraces a sus hijos. Pero la protagonista de su novela ha elevado a las modistas de la posguerra a la categoría de fenómeno literario.

María Dueñas

Su primer libro, El tiempo entre costuras, lleva casi tres años encaramado en la lista de los más vendidos. Ella asegura que antes de empezar a trabajar en la historia no sabía gran cosa sobre moda. Pese a ello, convirtió en modista a su personaje principal, Sira Quiroga, porque «quería que tuviese una profesión que pudiese ejercer de forma independiente, que le permitiera cambiar de escenario y ascender en la escala social. La costura encajaba en ese perfil. Luego se acabó adueñando de la historia. Creo que es una de las claves de su éxito».

Supongo que el trabajo de documentación sería intenso.

Sí, pero también fue interesante. Manejé tratados de moda, pero, sobre todo, revistas de la época. Y descubrí cosas muy curiosas, como que a finales de 1939 en Madrid se anunciaban una docena de casas de moda. O que la Segunda Guerra Mundial obligó a utilizar telas distintas a las habituales, que se empleaban en hacer paracaídas.

Desde entonces, ¿qué se ha ganado y qué se ha perdido?

Se ha perdido, como es lógico, la artesanía en la confección, los detalles en los acabados. Pero la moda se ha democratizado. Hoy cuesta creer que no hace tanto tiempo solo las mujeres de clase alta podían ir bien vestidas.

Ahora que es rica y famosa, ¿ha hecho alguna compra desmadrada?

Cuando estuve en Nueva York, presentando la traducción al inglés del libro, entré en Donna Karan y compré muchas cosas. Pero que conste que estaban en rebajas y eran prendas a las que iba a sacar partido. No soy muy caprichosa.

¿Qué ha cambiado en su vestuario estos últimos tres años?

Poca cosa. Quizá uso menos vaqueros y más pantalones negros, pero no creo haber hecho grandes variaciones. Cuando tienes una edad, tienes también un estilo que es el tuyo, y no hay razón para cambiarlo.

¿Cuál es su look básico?

Unos pantalones, un jersey negro de cuello barco y unas botas planas. Los tacones me gustan, pero me matan. Los uso poquísimo. Y me encantan los vestidos.

La veo siempre con colores neutros: blancos, negros, grises, crudos…

Creo que resulto un poco aburrida vistiendo, pero es lo que me va.

Algo que nunca haya tenido.

Un jersey de color amarillo, pero no es por superstición.

¿Tiene alguna compra en perspectiva?

Me voy a China la semana que viene y quiero traerme algunas batas de seda, que me han dicho que las hay preciosas. Me encantan las batas.

¿Qué es lo más bello que hay en su armario?

Un abrigo espectacular que me compré en Boston. Tiene adornos de piel falsa y está hecho en una tela con estampado de tapicería. Pero solamente lo he usado una vez. Mi hija dice que parece de paje de un rey mago, y ahora tengo dudas.

De todos los vestidos que aparecen en El tiempo entre costuras, ¿con cuál se queda?

Creo que con un delfos que confecciona Sira. El delfos era un diseño de Fortuny que hizo furor entre los años 20 y 50. ¡Se enviaba a las clientas enrollado en una caja de cartón, como si fuese una ensaimada!

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_