La Jessica Lange fotógrafa llega a Madrid

Bajo el título «Secuencias de México», la actriz expondrá 58 imágenes inéditas desde el próximo sábado.

Me?xico © Jessica Lange / diChroma photography.

27 mar 2012 - 15:59CEST

Como Constance Langdon en American Horror Story es capaz de causar terror; como fotógrafa, admiración. Jessica Lange es una de esas mujeres polifacéticas a las que todo lo que se proponen en la vida les parece salir de maravilla. Ganadora de dos Oscar como mejor actriz por su trabajo en Tootsie (1983) y en Blue Sky (1995), pocos conocen su faceta fotográfica, que nada tiene que ver con un hobby pasajero o una moda de celebrities. Estudió Bellas Artes en París, donde se interesó por esta disciplina en 1967 y aunque antepuso su pasión por la actuación, en los años noventa una Leica M6 regalo de su pareja Sam Shepard le hizo retomar su pasatiempo. Desde entonces la actriz ha alcanzo la máxima categoría exponiendo en museos de Estados Unidos y México.

Esta semana su trabajo llega por primera vez a Madrid con una muestra de 96 fotografías, de las cuales 58 son inéditas, con un recorrido que comenzará en Casa de América (del 31 de marzo al 20 de mayo) y continuará por Europa y Asia. Bajo el título "Secuencias de México", Lange ofrece su visión en blanco y negro del país americano durante los últimos 15 años.

Jessica Lange por Jessica Lange

La actriz nos comenta en exclusiva una de sus fotografías inéditas: "Tomé esta imagen hace un año, aproximadamente, en un pueblo maya de Chiapas que se llama Tenejapa. Una vez al año se celebra en este pueblo un carnaval durante el cual se baila los cinco días perdidos del antiguo calendario maya. Estos cinco días corresponden a los días que se perdieron al pasar del calendario maya al calendario gregoriano. Durante estos días, la puerta al inframundo de los difuntos se queda abierta, lo que crea una fisura, una fractura, con el mundo de los vivos. Es un eclipse en el tiempo. Es una celebración muy intensa y muy colorida a la vez", explica. "Realicé una serie de imágenes durante estos días, que realmente no fueron fáciles de tomar debido a que no es ningún evento turístico, y no se espera que se tomen fotos de aquello. La gente del pueblo, los protagonistas, viven esta celebración con mucho fervor. Parte de las imágenes que tomé las hice sin apuntar, las tomaba, cámara en mano, a ciegas. Fue una experiencia increíble por todo este contexto tan singular, tan ancestral como un anacronismo", añade.