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Delia Rodríguez: «Un ‘meme’ puede arruinar una carrera política»

Delia Rodríguez es una de las españolas que mejor conoce Internet. Presenta su primer libro, Memecracia, donde explica cómo funcionan los mayores fenómenos de la Red.

Delia Rodríguez

Esta periodista, redactora jefa de El Huffington Post, fue una de las primeras personas en tener un blog en España. «Era como la primera edición de Gran Hermano. No sabíamos muy bien que lo estaba viendo todo el mundo y hasta dónde podía llegar», dice. Ahora publica un libro en el que reflexiona sobre los memes.

¿Cómo le explicarías qué es un meme a alquien que no conozca Internet?

Un meme es cualquier idea que nos contagiamos los humanos entre nosotros. Se usa sobre todo para memes relacionados con Internet, pero no tienen por qué serlo. Son memes los montajes sobre el Cristo de Borja, los chistes sobre Ana Botella y la relaxing cup of café con leche. Pero también es un meme llevar zapatillas con cuña porque Isabel Marant lo sembró, tuvo éxito y se extendió.

¿Qué tiene que tener un meme para convertirse en un éxito?

El marketing ha intentado encontrar una fórmula, que sería como dar con la piedra filosofal. Es más fácil que te toque la lotería que hacer un vídeo viral. No hay una fórmula, pero sí se sabe que las emociones intensas (hilaridad, indignación, sorpresa, etc.) impulsan a compartir y que cuando estamos viendo un vídeo viral en el cerebro se enciende la parte de pensar en los demás. Algo impactante y que nos haga decir “esto tiene que verlo fulano ya” tiene muchas posibilidades de triunfar. Pero hay una parte, emocional y social, que es impredecible.

En la breve historia de Internet, ¿cuánto daño han hecho los memes y cuánto bien?

Internet es el paraíso de los memes. Antes las ideas se extendían de forma muy lenta y entre grupos y culturas homogéneos. Hoy un viral se propaga en instantes por todo el mundo y cualquiera puede sembrarlo. Eso es maravilloso (puedes encontrar a alguien en la otra punta del planeta que comparta tus memes, por raros que sean) pero la consecuencia es que estamos demasiado saturados por información irrelevante, hiperemocional, manipulada o peligrosa como para verlo.

¿Hasta qué punto influye en la actualidad y periodimo online los memes?

El periodismo online está obsesionado con los memes porque vive de ellos. Un vídeo con un escándalo de Miley Cyrus o una foto en la que Angelina Jolie tenga un descuido en su vestido va a ser lo más leído de un digital y va a proporcionar un pico de tráfico que cuadre tus cuentas del mes. Pasa lo mismo en política, deportes, sociedad. Como en Internet el tráfico es igual a dinero, los medios están entregados al meme pero no saben cómo manejarlo. De hecho, el medio que ha sabido dar el paso de repetir memes a provocarlos, Buzzfeed.

Es el gran éxito del periodismo de Internet de los últimos años. ¿Cuál ha sido el mayor fenómenomeme de España?

Quizá el “pásalo” (un meme transmitido por SMS) por su relevancia política y porque fue muy temprano, es de 2004. Pero ha habido muchos: los montajes a partir de la felicitación navideña de la Casa Real de 2005, el “Amo a Laura”, el Cristo de Borja…

¿Tiene un meme el suficiente poder como para arruinar una vida política?

Sí. Mira a Olvido Hormigos. Su vídeo fue un viral explosivo. Antes de Internet no hubiera pasado nada. A la inversa también sucede, se puede crear de la nada una carrera política. Mira a Beatriz Talegón, se hizo famosa por un vídeo viral.

¿Siente nostalgia de cómo funcionaba Internet? 

No, siento nostalgia de lo inocentes que éramos algunos. Nos pasó un poco como a la primera edición deGran Hermano, que no sabíamos muy bien que eso lo estaba viendo todo el mundo y hasta dónde podía llegar.

¿Cuál ha sido el mayor cambio de internet en estos años? 

La primera gran revolución fue la de los blogs, porque cualquiera con unos pequeños conocimientos técnicos podía escribir de sus cosas en Internet. La segunda las redes sociales, porque ahí ya definitivamente cualquiera podía escribir, subir sus fotos, subir sus vídeos… a Internet.

¿Desconectas en vacaciones?

Sí. Estas vacaciones me compré un móvil de 20 euros sin internet, avisé a todo el mundo de que si me quería localizar tendría que atreverse a llamar y me fui diez días a una isla sin wifi. Para alguien tan expuesta a la información como yo es imprescindible hacer un “descanso memético” de vez en cuando. 

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