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Ya existe un anticonceptivo masculino igual de efectivo que la píldora

Se están estudiando los efectos secundarios del tratamiento, que serían muy parecidos a los de la píldora femenina.

coveriny
Getty

Mientras un estudio defendía hace unas semanas que las mujeres que toman la pastilla anticonceptiva femenina tienen más probabilidades de ser tratadas clínicamente con un cuadro de depresión, se ha detenido un estudio anticonceptivo hormonado en hombres con resultados de lo más efectivos porque los efectos secundarios lo desancosejaban (veáse acné, dolor muscular, y posibilidad de depresión). ¿Por qué ellas sí deben lidiar con ello y ellos mejor no? Así lo prueba una investigación que acaba de publicarse en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, donde se ha probado una inyección masculina que logra evitar embarazos con niveles que igualan a los de la pastilla anticonceptiva femenina.

El estudio supone una revolución en el panorama anticonceptivo masculino para parejas mónogamas, ya que sus opciones se reducen, hasta ahora, al preservativo y la vasectomía, mientras el peso de la anticoncepción recae en las mujeres con múltiples métodos (pastillas, espermicida, aro vaginal, implanón, diafragma, Diu y parche anticonceptivo). La investigación, llevada a cabo por Mario Philip Reyes Festin, doctor de la OMS en Ginebra (Suiza), asegura que «el estudio ha probado que es posible tener un método de contracepción hormonal para hombres que reduce el riesgo de embarazos no deseados».

La inyección se probó durante un año en 320 hombres con buen estado de salud entre los 18 y los 45 años. Todos los participantes estaban en relaciones monógamas con mujeres dentre 18 y 38 años. Primero se aseguró que el recuento de esperma de estos participantes era el normal al inicio del estudio. Después, recibieron dos inyecciones cada ocho semanas de 200 mg de una progesterona con noretisterona (la NET-EN) y 1.000 milagramos de un andrógeno llamado TU durante 26 semanas para bajar su recuento de esperma. Cuando este recuento bajó a menos de un millon/ml en dos tests consecutivos, a las parejas se les pidió confiar únicamente en estas inyecciones como método anticonceptivo. Durante este periodo, solo se dieron cuatro embarazos. El resultado se asemeja a las posibilidades de embarazo en parejas en las que ellas toma la píldora: aquí es de 1,57 por 100, en el caso de la pastilla femenina es de 1 embarazo por cada 100 que la toman.

El estudio, titulado Eficacia y seguridad de la inyección combinada hormonal anticonceptiva para hombres no pasó a una siguiente fase, según cuentan los propios investigadores, por «los efectos adversos». Estos incluían «depresión y otros desórdenes de las emociones». Los hombres indicaron haber padecido dolor por la inyección, dolor muscular, un aumento de la libido y acné. 20 hombres abandonaron el estudio por estos efectos. ¿Acné y alteraciones del estado de ánimo? Pregunten a cualquier mujer sobre cómo le sienta hormonarse. El estudio danés probó que las mujeres que toman la píldora tienen un 23% de posibilidades más de ser tratadas con antidepresivos.

La infantilización social del hombre y la condescendencia sigue reinando en los estudios de métodos anticonceptivos. En esta revista, el por entonces vocal de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), Modesto Rey lo confirmó hace un par de años. «La iniciativa privada no ve necesario avanzar en la píldora masculina y conseguir la equiparación de responsabilidad«. Rey aseguró que la inacción de farmaceúticas en el desarrollo de la píldora masculina radica en la sensación de que la cuota masculina se cumple con el preservativo y la vasectomía y, por lo tanto, «no hay perspectiva de negocio y no hay más investigaciones». Y es aquí donde lo que podríamos denominar como machismo científico impera: «el factor de la fiabilidad también influye, quizá una mujer no confíe en que el hombre sea capaz de tomar la pastilla y ésta prefiera asumir la decisión anticonceptiva porque ella es la que asume el embarazo«. ¿No estamos hablando de relaciones monógamas (estos tratamientos no evitan la transimisón de ETS)? ¿De dónde sale esa sensación de que la mujer desconfiará por naturaleza como motivo para no equiparar la responsabilidad anticonceptiva? Este estudio sobre lo revolucionaria que sería la inyección antinconceptiva, no obstante, prueba que la ciencia sigue apostando por hormonarlas únicamente a ellas.

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