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Comprar a pares como Kate Middleton

La inconsistencia de las cadenas de moda pronta empuja a los consumidores a llevarse sus prendas favoritas por duplicado.

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Getty

"¿Es que Kate tiene sólo unos zapatos?" se pregunta el Daily Mail sobre la duquesa de Cambridge. Con grandes alharacas el diario británico anunció que la futura reina de Inglaterra había llevado las plataformas de charol color maquillaje de L.K. Bennett al menos en doce ocasiones.  

El periódico presenta a la duquesa como una “ahorradora” que desafía a los que la critican por repetir ropa. Pero pese a que Catalina Middleton quiera transmitir una imagen austera y cuidadosa, que saca todo el partido que puede de los 230 euros que costaron sus Sledge, la realidad pinta muy distinta. Es sospechoso que los zapatos no tengan ni una sola rozadura, a pesar de que los compromisos oficiales de la familia real británica no impliquen grandes caminatas.

 O L.K. Bennett ha dado con la fórmula del calzado indestructible o Kate probablemente tenga unos cuantos pares del mismo modelo.

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Con este afán acumulador, la duquesa se une a una práctica cada vez más común entre los consumidores: la de comprar las prendas a pares para mitigar la inconsistencia de la moda pronta.  La obsolescencia programada, las colecciones cortas, la dictadura de las tendencias y el ritmo cada vez más rápido de la industria empujan a los compradores a ser previsores de más.

No se trata de llenar el armario con varias versiones de nuestras prendas comodín (camisetas de rayas, sudaderas grises…). Tiene que ver con  adquirir dos camisas de cuadros idénticas o varios vaqueros pitillo de quince euros cada uno porque sientan bien, te los pondrás a menudo y sabes que a la temporada siguiente no sacarán nada parecido.

Las marcas asequibles siguen las tendencias al pie de la letra, pero la mayoría de sus clientes preferirían no ir un año cubierto de tachuelas y al siguiente vestir sólo con colores pastel y broderie anglaise.

Los tacones de Kate, sin una rozadura

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Al revés que las marcas como Converse All Star, Lacoste o Fred Perry, que se precian de ofrecer perdurabilidad,  las cadenas basan sus técnicas de venta en la inmediatez y la incertidumbre. Si te gusta algo, más vale que te hagas con ello ya o no volverás a verlo.

“Siempre termino llevándome dos camisetas de American Vintage. Esas que se rompen con sólo mirarlas”, comenta la autora del blog El armario de Lula “Tengo un sistema parecido con una amiga. Si encontramos algo en Zara o H&M de rebajas que sabemos que a la otra también le va a gustar, compramos dos por si se acaba. Si nos descuidamos aparecemos vestidas igual.”

Alexa Chung con otro jerséi marino más

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Caras conocidas del mundillo de la moda han hablado sobre esta ansiedad por la prenda próximamente no disponible. La bloguera Garance Doré ha contado su búsqueda desesperada de pares extra de unas bailarinas de Zara. Y Alexa Chung ha admitido que si algo le gusta compra un par, una costumbre china que parece ser ha heredado por la vía paterna.

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