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No, nadie ha pedido que envíes esa foto tuya desnudo por Tinder

El 57% de las usuarias de las redes de ligoteo aseguran haberse sentido acosadas digitalmente. Tinder y OKCupid, las apps donde más casos se dan.

Impatient young woman texting on smartphone on city street
Corbis

Cristina no podía creer lo que acaba de presenciar, pero sabía que no era la única a la que le pasaba. Varias de sus amigas ya se habían encontrado en su piel en más de una ocasión. Ahora simplemente le tocaba a ella. Ahí estaba, en la pantalla de su smartphone: la foto de un pene de un chico con el que llevaba varios días hablando por Tinder. Ella no le había pedido una foto de carácter sexual. Ni mucho menos. Él simplemente pensó que era lo que ella quería ver, poco después de darle los buenos días. «Empezó a hablarme por Tinder y todo parecía normal.  Que si ‘de dónde eres’, ‘anda, si yo curro al lado’, ‘pues a ver si nos vemos un día’, etc. Después estuvimos sin hablar unas tres semanas, hasta que me escribió un fin de semana a las 6 y pico de la mañana, para preguntarme qué hacía. Le dije que me estaba acostando porque venía de fiesta y que me iba a dormir. Una semana después, me volvió a escribir para felicitarme por ‘lo sexy’ que era mi foto de perfil y me pidió que le enviase otra foto. Yo, perezosa, le dije que no tenía ninguna y que si él quería que me enviase una. La que me envío fue la de su pene en primer plano y él detrás. Es decir, un pene pegado a un hombre. No daba crédito y le dije muy educadamente que estaba equivocado conmigo y le espeté un adiós muy sincero. No contestó, ni falta que hacía», apunta.

Recibir fotos de aparatos reproductores masculinos sin pedirlo es todo un clásico de las usuarias de las apps de ligoteo. Eso, y mensajes de acoso si la chica no responde como uno espera. La cuenta de Instagram Bye Felipe lleva meses recopilando capturas de pantalla en las que se insulta con esmero a mujeres que simplemente no actúan como ellos quieren (Un ejemplo: «Hey, qué mona eres, jeje. ¿Qué quieres hacer hoy», para un par de horas después, al ver que no hay respuesta, escribir «Si me ignoras, te buscaré y te mataré»).

Alexandra Tweten trabaja como coordinadora de operaciones de Live Nation desde Los Ángeles y es la creadora de Bye Felipe. Tiene 28 años y decidió ponerla en marcha en 2014, cuando decidió denunciar a «esos tíos que se vuelven hostiles cuando se ven rechazados». Ahora acumula casi 400.000 seguidores y su cuenta ha sido reseñada por el New York Times o The Guardian. «Desde que creé Bye Felipe parece que hay una trayectoría estándar de los diálogos con los hombres vía online: Un hombre contacta con una mujer, la mujer lo ignora o lo rechaza, el hombre arremete contra ella con insultos o amenazas», explicó en este ensayo en Ms. Magazine. La cuenta, por cierto, también publica un buen surtido de desopilantes memes para reírse del asunto de ligar por internet:

Como bien dice Tweten en el texto, en internet «no todo son cupcakes y arcoiris para las mujeres». El acoso en las apps de contactos es real. Un estudio reciente de Pew Research defiende que el 57% de las usuarias se ha sentido acosada, mientras ellos apenas alcanzan el 21%. Los índices de mayor acoso sobre las mujeres, según el estudio, se dieron en Tinder (39%) y OKCupid (38%). Unas cifras bastante superiores a las de hace un par de años. En 2013, el mismo estudio defendía que eran el 42% de las usuarias (17% de hombres) las que se sentían agredidas digitalmente.

Para tratar de ofrecer alternativas a estas situaciones incómodas, sin renunciar a la oportunidad de ligar por internet, una de las creadoras de Tinder (Whitney Wolfe) creó el año pasado Bumble, la app de contactos donde ellas ponen las reglas (Wolfe salió de Tinder con bastante polémica de por medio, tras demandar a su ex novio y jefe de Marketing, Justin Mateen, por acoso sexual y discriminación). En Bumble el funcionamiento es prácticamente igual que el de Tinder, excepto que con el match de rigor entre usuarios, sólo las mujeres pueden iniciar una conversación por chat durante las siguientes 24 horas. En España, y en la línea de Bumble, recientemente se creó Muapp, donde las usuarias deciden quién puede entrar, y hay canales para denunciar los comportamientos poco apropiados. Tal y como recordaba Belén Remacha en el artículo Cómo se expone una chica cuando se une a una red social de Eldiario.es, la reforma del Código Penal ha recogido el acoso en la redes. En concreto, en el artículo 172, donde se especifica el delito «para quien acosa a alguien «de manera insistente y reiterada» y «alterando gravemente el desarrollo de su vida», estableciendo contacto con la persona a través de cualquier medio de comunicación. Algo que deberían tener en cuenta esos hombres hostiles que se inventan perfiles falsos para seguir acosando sin descanso a la mujer que decidió rechazarlo o ignorarlo, que también los hay. Porque no todas reaccionan así cuando llega una foto de un pene (no solicitada, claro).

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