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Maldita sea, Hollywood, ¡las mujeres queremos tener cabeza!

Los pósteres cinematográficos cortan el cuerpo femenino reduciéndolo a pecho, culo o piernas. El cerebro y el rostro se cortan y olvidan. Hablamos con la autora de ‘Headless Women of Hollywood’, que denuncia esta tendencia.

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Clara Ferrero

A Hollywood le dan miedo las mujeres con cabeza. En una industria en la que ellas cobran menos que los hombres y sus días de éxito palidecen al alcanzar la madurez, algo a priori tan simple como mostrar su cuerpo de cuello para abajo en los carteles cinematográficos es toda una declaración de intenciones. Porque si eres actriz (y más si estás buena) es muy probable que las posibilidades de aparecer en el póster del filme se reduzcan a tres: enseñar culo, pecho o piernas. Así lo denuncia Headless Women of Hollywood («las mujeres sin cabeza de Hollywood»), un Tumblr capitaneado por la activista y cómica estadounidense Marcia Belsky, que desde mediados de este mes de abril recopila con ayuda de la comunidad digital los ejemplos más llamativos de la sexualización femenina en los carteles de películas.

“Decidí empezar el proyecto porque me frustraba ver a estas ‘mujeres sin cabeza’ por todas partes en la publicidad y la cultura pop. Quiero que tanto hombres como mujeres sean conscientes de ello y pensé que una buena forma de hacerlo era aportando un toque de humor en medio de la tragedia. Sé que no voy a lograr que Hollywood cambie pero, al menos, me gustaría que la gente sea crítica cuando las ve”, explica la autora a S Moda. En cosa de diez días, Berlsky ha conseguido reunir más de 80 pósteres de ‘mujeres decapitadas’. Es cierto que la gran mayoría pertenecen a películas que versan sobre obsesos y depredadores sexuales, resacosos en Las Vegas y desparrames varios con los amigotes pensados para atraer a un público mayoritariamente masculino y adolescente. La sexualización femenina en estos géneros está tan normalizada que, muchas veces, pasa desapercibida para el público general. Pero además, la cosa se vuelve más sangrante si tenemos en cuenta que la selección no excluye ningún género cinematográfico ni filtra según el público al que se dirige el filme. La manía de Hollywood por cortar cabezas no se sacia con Sleepy Hollow y llega a cintas de acción como Terminator Génesis, películas infantiles como la última de los Minions (en la que para colmo de males la antagonista tiene tanto peso como las propias criaturas amarillas) o de terror como Under the skin, protagonizada por Scarlett Johansson. Todas repiten el mismo patrón: mujeres reducidas a glúteos contorneados, exuberantes pechos o piernas con liguero.

‘Le Divorce’ o ‘Homeland Security’ apostando por el escote en sus carteles.
‘Le Divorce’ o ‘Homeland Security’ apostando por el escote en sus carteles.

Por desgracia, no es novedoso que la industria convierta a las mujeres en un trozo de carne pero, lo verdaderamente inquietante del asunto es que además las deje sin cabeza (y, por tanto, sin cerebro). «La eliminación de la cabeza convierte a la mujer en un objeto paviso ante la mirada masculina. Además, los rasgos faciales son los que permiten reconocer a las personas. Es la cara quien nos convierte en individuos y cuando se borra, se desprende el mensaje de que todas las mujeres son intercambiables. Quiero lograr que las niñas tengan un sentido de sí mismas más allá de sus cuerpos y de ser atractivas para los hombres», explica la autora. Por profundos, necesarios o protagónicos que puedan ser los personajes que interpretan, las actrices quedan simplificadas a una colección de partes del cuerpo estratégicamente seleccionadas para convertirlas en símbolo de un único mensaje: el sexo. Las intérpretes, como Alicia en el país de las maravillas, deberían huir de las Reinas de Corazones de los estudios de Hollywood que las persiguen al grito de: “¡Qué le corten la cabeza!”.

Pero, ¿existen también hombres ‘decapitados’ por el séptimo arte? Lo cierto es que los ejemplos se reducen exponencialmente. Basta con echar un vistazo a la filmografía de Leonardo DiCaprio, Johnny Deep, Channing Tatum o Ryan Gosling (por poner algunos ejemplos de actores que, además, son reconocidos como hombres ‘guapos y atractivos’) para percatarse de la diferencia. Ellos no solamente muestran su rostro en la mayoría de los pósteres –¿quién se atrevería a guillotinar a DiCaprio?– sino que además lo hacen en primer plano en gran parte de los casos. Es cierto que al año se estrenan miles de películas –en 2014 vieron la luz 563 filmes solo en Hollywood y la cifra de estrenos anuales en todo el mundo se estima en 9.000– y los carteles son variados y para todos los gustos pero, ¿en cúantos se hace zoom en los pectorales o el paquete de determinado actor? ¿Recuerdan alguno? Los pocos ejemplos de ‘hombres sin cabeza’ que Belsky ha encontrado también tienen espacio en su Tumblr. Pero, como ella misma explica, es importante subrayar ciertas diferencias respecto al caso femenino: «Cuando son ellos los que aparecen ‘decapitados’ no es de una forma ordinaria ni con implicaciones sexuales. Ellos son parte activa de la broma y no son utilizados como reclamo del sexo opuesto. Es cierto que, por ejemplo, el cartel de Deadpool sí tiene una implicación sexual pero él no aparece como un sujeto sexual pasivo. Al contario, se establece un paralelismo entre su pene y el arma que coloca junto a él y se muestra como un sujeto activo».

Por muchos carteles que se hagan de ‘Californication’ ni uno solo muestra a la mujer más allá de sus piernas y pecho.
Por muchos carteles que se hagan de ‘Californication’ ni uno solo muestra a la mujer más allá de sus piernas y pecho.

¿Por qué la industria se resiste a poner fin a la dictadura de la sexualización femenina? ¿Incrementa esta primitiva estrategia las ventas en taquilla? «Imagino que ayudará a vender porque es un truco de marketing repetido durante años. Mientras la objetivación les siga ayudando a ganar dinero, los estudios lo seguirán haciendo», reconoce la autora de Headless Women of Hollywood. Sin embargo, según el estudio de MPAA (Motion Picture Association of America), referente a 2014, existen más espectadoras femeninas (52% frente al 48%, una tendencia que se mantiene constante desde 2009 con reducidas variaciones) y son ellas las que compran la mitad de las entradas. La diferencia es pequeña pero constituye un argumento más para probar la necesidad de acabar con la absurda gillotina que corta las cabezas femeninas en la meca del cine.

Enseñar trasero, el mejor reclamo (según las produtoras).
Enseñar trasero, el mejor reclamo (según las produtoras).

Belsky, que también es escritora y cantante del grupo feminista Free the mind, aprovecha el interés mediático que ha despertado su Tumblr para reivindicar la figura femenina también en los papeles del celuloide. «En la mayoría de los casos, Hollywood todavía representa a las mujeres como apoyo a los personajes masculinos, dispuestas a permanecer en la sombra y ser sexualmente apetecibles. Aunque la cosa está mejorando, aún es necesario retratar los deseos y necesidades de estos personajes más allá de cómo se relacionan con los caracteres masculinos». Según cuenta, durante los pocos días que lleva activo el proyecto, tanto mujeres como hombres le han mostrado sus mensajes de gratitud: «Pensé que era un consumidor crítico de los medios y la cultura pop, pero me he dado cuenta de que estoy contaminado. Realmente me has abierto los ojos», rezaba una de las notas que ha recibido. Si quieres aportar tu granito de arena, puedes enviar aquí los pósteres de mujeres ‘decapitadas’ por el machismo hollywoodiense que encuentres. Porque como ella misma dice: «Maldita sea, Hollywood, ¡Queremos tener cabeza!».

Piernas y ligueros, otra de las fórmulas repetitas hasta la saciedad para sexualizar la figura femenina.
Piernas y ligueros, otra de las fórmulas repetitas hasta la saciedad para sexualizar la figura femenina.

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Sobre la firma

Clara Ferrero
Es redactora en S Moda, revista en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera. También es cocreadora de 'Un Podcast de Moda', el primer podcast en castellano especializado en la temática. Es licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, y especialista en Comunicación de Moda por la Universidad Complutense.

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