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Najwa Nimri: «Nueva York pide tacón y yo me dejo llevar»

La actriz y cantante dice que nunca lleva bolso, adora las zapatillas, diseña su propia ropa y elige sus estilismos según la ciudad que pise.

Najwa Nimri

Si hay una palabra para definir a Najwa Nimri, quizá sea «poliédrica». Ha hecho cine, música, y ahora se atreve con el diseño. Dice que hace tiempo decidió desprenderse de buena parte de su armario y que aunque llegó a tener cien pares de zapatillas solo conserva tres. Su web, www.najwa.info, informa de su gira maratoniana y vende la ropa que ella produce.

¿Qué prefiere llevar en el escenario?

Me atrevo con cualquier cosa. Evito las prendas apretadas para que no me impidan moverme, pero aparte de eso, hago locuras.

¿Qué es lo más extravagante que se ha puesto en una actuación?

Un sari en la cabeza…

¿Hay alguien que le ayude a elegir su vestuario?

Me asesora Adrián González [artista que ha hecho, entre otras cosas, las carátulas de alguno de sus discos]. Para mí es esencial encontrar tejidos muy puros, porque soy muy sensible a los olores, y muchas fibras sintéticas te hacen oler muy mal en cuanto empiezas a sudar. Así que necesito algodón cien por cien y seda.

¿Y de calzado?

Zapatillas de colores.

¿Cuántos pares tiene?

Ahora solo tengo tres, pero hubo una época en la que llegué a tener más de cien.

¿Qué hizo con el resto?

Un día me di cuenta de que no necesitaba la mayoría de la ropa que tenía en casa, así que monté un outlet y me deshice de casi toda. Ahora tengo poca. Además, cuando necesito algo especial, siempre me lo prestan.

¿Qué es lo más bonito que le ha dejado un diseñador?

¡Uf!, es difícil elegir. Quizá una chaqueta de marabú que me cedió Prada para la inauguración de la tienda de Miu Miu. O una falda de plumas, un pantalón pitillo y una chaqueta bordada en perlas, todo de Chanel. También recuerdo un abrigo de visón blanco de Loewe. Cosas maravillosas que es divertido ponerse, pero que no necesitas en el armario.

Es decir, que de compras, poco, ¿no?

Mujer, no es que no gaste nada. Lo que soy es organizada: solo lo que necesito. Y si veo algo que me llama mucho…

¿Qué le ha “llamado” recientemente?

Un vestido-bata de Halston de los años 50 que conseguí en una tienda de segunda mano. Es de color crema, con la H en marrón. Es comodísimo, lo llevo mucho en casa, pero hace poco me lo puse para ir a una fiesta. Los vestidos los transformas con los zapatos y el peinado.

Dice que le encantan las zapatillas, pero aparte de las deportivas ¿qué zapatos prefiere?

Me gustan mucho los de color carne, que casi pueden confundirse con el pie.

¿Utiliza tacones?

Depende de dónde esté. Yo cambio de estilo según donde me encuentre. Nueva York pide tacón, y yo me dejo llevar.

Según su teoría, ¿en qué ciudad se viste con más gusto?

En París. En ningún otro sitio me siento tan libre para experimentar. Disfruto mucho con la ropa cuando estoy allí.

¿Cuál es su prenda favorita?

Una bomber de gasa con cremallera, que me tape pero no me abrigue. Lo mejor para huir del calor es no exponer la piel. Lo de la camiseta de tirantes con cuarenta grados no es una buena idea.

Confiese una manía.

Nunca llevo bolso. Es un complemento que no entiendo y que me queda mal.

¿Y como se las apaña?

Ya sabe, las llaves, el dinero… Recurro a las chaquetas con bolsillos grandes, donde guardo el lápiz de ojos, la barra de labios…. Para el resto de los objetos, uso una cartera de mano.
 

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