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Kate Moss: ¡Oh, ya tengo 40!

El eterno icono de transgresión juvenil ha cumplido 40 años esta semana. El documental Looking for Kate analiza su trayectoria y su influencia en la moda actual.

Kate Moss

En el nuevo largometraje consagrado a su excepcional carrera, el artista Chris Levine aparece hablando delante de dos de sus fotografías. La primera muestra a Kate Moss con los ojos cerrados. La segunda, a la reina Isabel II con idéntica pose. El retrato de la monarca se vendió hace tres años por 75.000 libras esterlinas. El de Moss, reina oficiosa de los británicos, superó las 115.000 libras en la concurrida subasta organizada por Christie’s en septiembre. ¿Cotiza Moss más que la mismísima jefa de Estado? Ya lo sentenció el escritor Christian Salmon, en su ensayo dedicado a la modelo (Kate Moss Machine, editado por Península), cuando dijo que, en la empresa de modernización del Reino Unido que empezó en los años 90, Moss acabó siendo «más importante que Tony Blair».

La alargada sombra de Kate, que se expande a lo largo y ancho de nuestra cultura, vuelve a ser objeto de estudio en Looking for Kate, la cinta dirigida por Dominique Miceli y emitida esta semana en la televisión francesa con motivo de los 40 años que la top cumplió el jueves. «Fue su aniversario lo que originó el proyecto», afirma Miceli, experimentada redactora de moda que ha realizado documentales sobre Marc Jacobs o la historia del calendario Pirelli. «Me pregunté cómo era posible que, con 40, mientras todas las demás desaparecen del paisaje, ella siga en lo más alto. Era la prueba definitiva de que Moss es un icono de nuestro mundo y de nuestra era». Como Twiggy en los 60, Moss logró romper con el canon imperante de mujer e impuso un nuevo paradigma encarnado por sí misma. «Se convirtió en lo opuesto a las supermodelos de los 80, tan imponentes e impecables. Kate es un personaje libre, que no está atado a nada ni a nadie, que no entra en los moldes preestablecidos y que se reinventa en cada imagen. Siempre es la misma, pero a la vez no deja de cambiar. En ese sentido, sintetiza nuestra época a la perfección», analiza Miceli, quien ha contado con testimonios de personalidades como Isabel Marant, Peter Lindbergh o Paolo Roversi. 

Kate Moss en su 40 cumpleaños

Cordon Press

El documental estuvo a punto de no existir. La directora afirma que nunca se había enfrentado a tantas dificultades y que, si no tiró la toalla, fue solo por cabezonería. «Fue un infierno. Los testimonios previstos se anulaban en el último minuto por presiones de su agencia. Incluso me amenazaron con denunciarme por difamación», dice Miceli, quien mandó una carta manuscrita a la misma Moss para hacerla partícipe de esta biografía no oficial. Y, ya de paso, pedirle que hiciera alguna declaración delante de la cámara, pese a que supiera que la respuesta sería negativa: Moss no concede ninguna entrevista personal desde los primeros días de su carrera [salvo compromisos publicitarios]. «En el fondo, forma parte de una premeditada estrategia para preservar cierto misterio. Kate está en todas partes y a la vez no está en ninguna. Es una de las razones de su éxito y de su longevidad. Sus agentes aseguran que, incluso si Moss aceptara hablar con un medio, ellos se encargarían de impedirlo», reitera Miceli.

Looking for Kate recorre la trayectoria de Moss, desde que fue descubierta en un suburbio londinense por la agente Sarah Lucas hasta su actual estatus de icono omnipresente. Isabel Marant recuerda haber coincidido con Moss a principios de los 90 en una pista de baile, en una de las legendarias soirées dominicales del Bataclan parisiense. «Ya entonces tenía algo electrizante que la hacía destacar entre la multitud. Me recordó a Brigitte Bardot, porque parecía una chica normal, pero poseía algo indefinible que todavía hoy la distingue del resto», sostiene Marant. La diseñadora la terminó contratando para una de sus campañas, convirtiéndola en portaestandarte de su apuesta por una sofisticación tirando a informal. «Fue la campaña que más repercusión tuvo en términos de imagen y de ventas. Su naturalidad y aparente dejadez conmueven a la gente. La identificación se produce de manera más fácil que con una modelo más impresionante». 

Posando en 1997 con un estilo de lo más ‘british’

Cordon Press

El rostro de una generación. El fotógrafo Paolo Roversi recuerda su primer encuentro con la modelo. «Al verla supe que sería una cara que iba a cambiarlo todo», asegura. El documental se detiene en las numerosas polémicas protagonizadas por la inglesa, cuya figura escuálida generó acusaciones de anorexia y el inicio del llamado heroin chic, mientras protagonizaba campañas para Calvin Klein –el primer gran nombre en apostar por ella, en 1992– y desvalijaba habitaciones de hotel con su entonces novio, Johnny Depp, que le hizo un hueco en el panteón de la Generación X. A mediados de los años 90, cuando las marcas entendieron que aquellos cuerpos extremadamente delgados no vendían suficientes pintalabios, Moss apostó por pasarse al glamour con total naturalidad. Más tarde, el director Mike Figgis sacaría brillo a su perfil más erótico con su fashion film en cuatro partes para Agent Provocateur, The Four Dreams of Miss X, que la convirtió en artículo de lujo y objeto de arte.

En 2005, cuando su poderío en la moda ya se daba por sentado, el estatus de Moss volvió a tambalearse por un puñado de fotos donde aparecía consumiendo cocaína junto a su ex, el músico Pete Doherty. El mundo gritó el escándalo y algunas marcas suspendieron sus contratos con la modelo.

Ella intentó conseguir el perdón público con una comunicación de crisis de dudosa eficacia. Fue el malogrado Alexander McQueen quien terminó rescatándola, al convertirla en holograma que sobrevolaba la pasarela al final de uno de sus desfiles (otoño-invierno 2006/2007). En ese preciso momento, no solo quedó claro que Kate renacía de sus cenizas, sino también que estaba hecha de una sustancia inmaterial. Desde entonces, Moss se ha convertido en emblema de la transgresión como norma social y del escándalo como estrategia de comunicación. ¿Te suena, Miley Cyrus?

El desnudo de la modelo para el calendario Pirelli

Cortesía de Pirelli

Su boda campestre con Jamie Hince en 2011.

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Kate, la reina de los Photocalls

Cordon Press

Kate Moss en la portada de Vogue que retrató Corinne Day

Kate & Johnny, la pareja que marcó los 90

Kate Moss en un baile de disfraces

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Con su hija.

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