Eve Hewson: «Para conseguir un papel no influye que tu padre sea Bono»

Se nota el impulso de sus 24 años recién cumplidos en esa despreocupación por el futuro que hace que ni siquiera se plantee cómo será a los 30. El porvenir queda muy lejos para la irlandesa Eve Hewson. Si de momento ha conseguido actuar para Soderbergh, Sorrentino y Spielberg y ha dado réplica a Clive Owen (en la serie The Knick, cuya segunda temporada se estrena este 17 de octubre en Movistar+), ¿por qué preocuparse por lo que está por venir? En el cine ha sido hija de Sean Penn (Un lugar donde quedarse, 2011), James Gandolfini (Sobran las palabras, 2013) y Tom Hanks (El puente de los espías, que se estrena el de diciembre), pero en los rodajes todos le preguntan por su padre en la vida real, Paul david Hewson, más conocido como Bono, el líder de U2. Cuando dijo que iba a ser actriz, tanto él como su madre, la empresaria y activista Ali Hewson, torcieron el gesto; no querían que la segunda de sus cuatro hijos se enfrentara a la fama. «Creo que simplemente estaban siendo protectores. Pensaban que esta carrera iba a ser dura, y tenían razón», reflexiona desde los Ángeles.

¿Qué piensan ahora?

Ven todo lo que hago y se sienten orgullosos de lo que he conseguido. Me apoyan mucho. Siento que mi carrera está despegando. Con mucho trabajo, voy consiguiendo papeles más sólidos.

¿Está siendo difícil?

Todo el mundo en este negocio sabe que las cosas no son fáciles. Hay mucho rechazo. Me ha costado lograr los papeles que quería, y sigo buscando nuevos retos. El éxito no llega de un día para otro, pero eso es bueno, me impulsa a trabajar más duro.

Top de GERAR DAREL, pantalón de CALVIN KLEIN COLLECTION y gargantilla de TARA.

Henrique Gendre

¿En los castings, condiciona ser hija de famosos?

Es un problema porque la gente automáticamente se interesa por ellos, pero en términos de conseguir un papel no importa quiénes son tus padres ni de dónde eres, sino si le gustas al director. Mucha gente de la industria tiene familia dentro de ella y eso no influye demasiado en su carrera.

¿Siente más presión?

Cuando eres hijo de personas conocidas y estás empezando, te prestan más atención, y eso puede ser engañoso, porque aún te queda mucho que aprender. Un actor con padres anónimos puede tener más tiempo para formarse sin despertar tanta curiosidad, pero en mi caso desde el principio hubo gente que se fijó, lo que, definitivamente, supone más presión.

Estudió Interpretación en Nueva York y nada más graduarse logró el papel de la enfermera Lucy Elkins en la serie The Knick. ¿Los mejores papeles están ahora en la televisión?

Sí, desde luego. Con un guión de 10 episodios puedes desarrollar un personaje a diferentes niveles. Además, muchos de los grandes directores de cine trabajan ahora para este medio.

De hecho, la serie la dirige Steven Soderbergh. ¿Le impresionó trabajar con él?

Al principio estaba aterrorizada, pero es un tío genial, muy tranquilo. Es realmente inteligente, tiene mucho sentido del humor y ha querido que me sienta cómoda en todo momento. Busca establecer una relación contigo y conocerte a fondo antes de empezar el rodaje, así luego no te sientes intimidada por las cámaras. Y Clive Owen es mi actor favorito de todos con los que he trabajado.

Camisa de HERMÈS, pantalón de EMPORI ARMANI y pendientes de EDDIE BORGO.

Henrique Gendre

La serie cuenta la historia del servicio de cirugía de un hospital de principios del siglo XX. En su papel hubiera supuesto un problema ser escrupuloso, ¿no?

¡Me daba muchísimo miedo la sangre! Pero ahora sé que es falsa. Me encantan los efectos especiales y el trabajo de los maquilladores es increíble. Está siendo muy interesante adentrarme en la historia de la medicina, conocer enfermedades que ya ni existen.

Alterna con la televisión películas de autor y superproducciones. ¿Es bueno buscar un equilibrio?

No he seguido una estrategia concreta a la hora de desarrollar mi carrera, ha ido surgiendo así. Cuando estás empezando, tienes que ir a clases y los filmes independientes tienen rodajes menos intensos y encajan mejor.

En El puente de los espías, drama ambientado en la Guerra Fría escrito por los hermanos Coen, ha trabajado con Spielberg y Hanks.

Fue… ¡casi irreal! Mi película favorita es E. T. Fue el primer filme que vi cuando era una niña e hizo que me enamorara del cine y de contar historias. Spielberg era el número uno en mi lista de directores. Y Tom es un mito de Hollywood. Fue maravilloso.

¿Le gustan los papeles de época?

Me encantan las películas históricas porque puedo aprender mucho, y eso es interesante, pero también me gusta la comedia y creo que sería muy guay hacer un wéstern… Quiero demostrar que soy capaz de adaptarme a papeles que se desenvuelven en distintos periodos históricos.

Vestido y bolso de LOUIS VUITTON

Henrique Gendre

CRECER AJENA A LOS FOCOS

«Fue una suerte criarme en Irlanda, lejos de toda la fama, no ser consciente de mi situación y poder ser solo una niña», reconoce Eve. Aun así, su infancia no fue nada corriente. «Me crié escuchando las conversaciones de mis padres sobre muchísimos asuntos. Nuestra casa estaba siempre llena de políticos, escritores, científicos y artistas. Venían de visita y se quedaban a cenar. Y yo estaba sentada con ellos a la mesa, aprendiendo».

¿Se considera una activista?

He crecido siendo bastante consciente de muchas cosas. Cuando llegue el momento, seguiré los pasos de mis padres y me convertiré en una activista, pero no estoy todavía segura de lo que voy a hacer.

Ellos llevan su compromiso a la estética: crearon Edun, una marca de ropa ética.

Es muy importante tener una identidad propia y ser capaz de expresarla a través de lo que vistes, pero soy consciente de que existen muchos talleres clandestinos y de que tienes que conocer el origen de las prendas que compras. Edun es un gran ejemplo de ese compromiso. Mi madre tiene mucho talento, estoy super orgullosa de ella.

¿Sigue las tendencias?

Mi estilo es tomboy: suelo usar vaqueros, botas y chaquetas. Más punk que girly, pero también me arreglo cuando toca. Y me obsesiona el maquillaje.

En Sobran las palabras trabajó con Tavi Gevinson. ¿Le dio algún consejo de estilo?

¡No lo hizo! Debería haberle pedido alguno, porque sabía quién era y su gusto es sorprendente. Tavi tenía solo 16 años y no se portaba como una chica del mundo de la moda.