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«La perfección no existe. Tratar de conseguirla solo te volverá loco»

Ya no es una niña promesa. Con 18 recién cumplidos y ocho títulos por estrenar, Elle Fanning presume de su primer papel oscuro en The Neon Demon.

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Elle Fanning llega y el aire fresco entra a bocanadas. Hace que todo parezca un juego. Aunque en su nuevo estreno, The Neon Demon (en cines a partir del 25 de noviembre), el juego se vuelve macabro en las manos del realizador Nicolas Winding Refn, quien cuenta la historia de una ninfa demasiado inocente como para sobrevivir como modelo en la ciudad de Los Ángeles. La belleza, en ocasiones, lo cuesta todo. Pero ese no es el caso de la menor de las Fanning, quien, a sus 18 años, ha trabajado con Brad Pitt y Angelina Jolie, Sofia Coppola y J. J. Abrams, y cuyo único parecido con el último personaje al que ha dado vida son los leggings de tigresa de Dolce & Gabbana que trae a esta entrevista y la belleza de gatita juguetona que despliega a su paso.

Desde el estreno del filme The Neon Demon en el Festival de Cannes todo el mundo se pregunta qué hace una persona tan angelical como usted en esa película.

Lo mío con Nic fue una amistad instantánea. Quería trabajar con él desde que vi Drive, pero ¿por qué iba a querer él trabajar con una chica de 16 años? Eso hasta que me enteré de que su nueva cinta trataba sobre el mundo de la moda y que buscaba una modelo de mi edad. Y ahí estaba yo.

Refn se quedó boquiabierto cuando, a la pregunta de si se consideraba bella, le dijo que sí, sin pensarlo.

Bueno… Lo pensé y lo sudé. Es una pregunta muy incómoda a la que no sabía muy bien qué contestar, más allá de soltar una risita nerviosa. Pero The Neon Demon es una historia de horror que te hace sentir incómoda ante el narcisismo extremo y te hace reflexionar sobre un tema tabú como la belleza. Porque claro que pienso que soy bella, que todos somos bellos, pero también creo que tienes que gustarte y aceptarte tal como eres. Lo malo es que la línea entre tener seguridad y ser narcisista es muy fina.

¿Alguna vez fantaseó con ser modelo?

¡Soy actriz desde tan joven! Aunque no me arrepiento. Al contrario, estoy muy contenta de saber tan pronto qué es lo que me gusta. Pero sí es algo que se me ha pasado por la cabeza. Cuando pegué el estirón y crecí cerca de 18 centímetros con tan solo 12 años, todo el mundo me lo dijo. Y yo me divertía simulando pases de modelo por mi casa, posando para fotos imaginarias y vistiéndome como si tuviera que desfilar en una pasarela. No asistí a un pase de modelos hasta que cumplí 13 años, pero sí me gusta la moda y posar. Es otra expresión de la misma creatividad. Aunque si tengo que escoger, prefiero dedicarme a la interpretación. Y algún día espero llegar a dirigir una película.

¿Cuándo se siente más guapa?

Soy de camisetas y vaqueros; o leggings. Tengo un gusto muy ecléctico, vintage, de mercadillos, pero este año recibí por mis 18 una chaqueta de YSL con un bordado del hombre en la Luna que ahora es mi preferida. También me gusta arreglarme para una gala… Es algo que no haces todos los días. Cuando llevas uno de esos modelos te sientes como una princesa.

¿Cuál es el secreto de su belleza?

Mi altura. Rondo casi el metro ochenta y eso me ha abierto muchas puertas. Da una cierta seguridad, pero también me ha impedido muchas cosas. Por ejemplo, The Neon Demon es la primera cinta en la que visto zapatos de tacón.

¿Hay alguien en su vida que la haga sentirse más guapa?

No hay novio ni nada de eso. Estoy soltera. ¡Solo tengo 18 años! Me perdí la fiesta de promoción de mi graduación porque coincidió con el estreno de The Neon Demon y era la primera vez que iba al Festival de Cannes. Pero sí hay alguien que me hace sentir guapa: mi abuela. Ella es una mujer fuerte que siempre ha estado a mi lado y de la que he aprendido mucho.

¿Algún consejo de belleza?

Que lo importante es cuidar la piel desde joven. Usar lo mínimo de maquillaje y limpiar bien el cutis, especialmente por la noche. Yo tengo una piel muy delicada y utilizo un buen protector solar. Pero después de trabajar en este filme me fui a la gala de Yves Saint Laurent en Los Ángeles con un maquillaje de brillantina, tipo Jesse en la película. Y la verdad es que un buen maquillaje te puede vestir. Lo he comprobado.

¿Y hay algo que evite a toda costa?

La verdad es que me tomo la vanidad con bastante humor. Los selfies… ¡Culpable! Son el ataque de egolatría de nuestra cultura. En ocasiones, la cosa va aún más lejos. Tengo amigas que utilizan aplicaciones para parecer más delgadas o para lucir una piel perfecta. Pero la perfección no existe, y tratar de conseguirla a toda costa solo te volverá loco. También me preocupan los sistemas de realidad virtual que están proliferando ahora y que te sitúan en medio de un mundo que no es el verdadero. Por mucho que sea más interesante que el lugar en el que vives, no es real. Y pasa lo mismo con la belleza perfecta. No existe.

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