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El antiálbum de juventud de la duquesa

Las imágenes que retratan el lado más extravagante y desconocido de la protagonista del día.

Duquesa de Alba
Getty Images

Es difícil recordar imágenes de Cayetana Fitz-James sin el pelazo y la expresión que la han acompañado en los últimos años. Pero ese top-less de los años 80 que hemos visto todos en Interviú esta semana ha servido para despertarnos la curiosidad sobre el pasado de la octogenaria novia. Que conste que las imágenes que muestro a continuación y que he encontrado en el catálogo de la agencia Getty no son rebuscadas. Representan perfectamente una vida de película, aunque no sabría decir el género.

En la foto superior aparece junto a uno de los retratos que Goya hizo a su antepasada. La foto la firma Eugenia Fierro, fotógrafa de la mítica agencia Cover y la forma de posar de Cayetana tiene tela marinera.

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Si en el texto de agencia que acompañaba a esta foto no se dijese que el lugar en el que Cayetana posa junto a la armadura es el Palacio de Liria, residencia madrileña de la Casa de Alba, podríamos pensar que fue disparada en un museo de cera y que la que aparece inmortalizada no es ella, sino una estatua. En 1966 la duquesa se rodeaba de esa escenografía tan rara para demostrar que su signo zodiacal es Aries. ¿Por qué?

Getty Images

Esta es una de esas imágenes que uno puede mirar durante un buen rato sin dejar de reparar en detalles. El sudor que cubre los rostros de los tipos que la acompañan parece  proporcional al aburrimiento que debe sentir la proclamada ‘Madrina de las tunas españolas’ representando semejante papelón. Un honor que hasta inmortalizó el NODO en el que podemos ver a Cayetana pisando con garbo las capas de los tunos.

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No sabemos qué le diría a Cayetana ese loro al que observa con atención en los jardines del sevillano Palacio de Dueñas. Pero la pequeña Eugenia parece no entender por qué su madre le presta mucha más atención al pájaro que a ella.

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Aquí Cayetana tiene un gesto como de querer huir del acoso de esos tres inquietantes personajes, que parecen salidos de algún guión de Rafael Azcona. Teniendo en cuenta que ese señor del bigotito es el escritor César González-Ruano, la escena parece transcurrir en la velada de algún premio literario.

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Imposible pronunciarse con claridad ante semejante imagen. La representante de la Casa de Alba parece sacada de un anuncio de la lotería. Sólo nos falta una botella de champagne para que todo encaje.

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En el mismo año en el que se hizo esta foto, 1973, Uri Geller ya doblaba cucharas en la BBC. Parece como si Cayetana en un arranque new wave quisiera levitar a su perro en el jardín de su finca marbellí. 

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Aquí vemos otra variante de la imagen anterior en la que la duquesa parece agotada por su aprendizaje de la telequinesis. Un posado insólito y peligroso. De la foto nos quedamos con esa melena rubia.

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De entre todas las imágenes que hemos encontrado de la duquesa esta es la que mejor representa los saraos que montaba en los 60. Sí, esa que aparece junto a ella es Jackie. La imagen fue tomada en 1967, cuatro años después de la muerte de la muerte de Kennedy. La excusa para el encuentro era una fiesta de la Cruz Roja en la casa sevillana de la duquesa. ¿Terminaron la noche en algún tablao flamenco? Hagan apuestas. Bajo estas líneas, una imagen poco conocida de la duquesa con Lola Flores del archivo de Condé Nast.

Jean Jacques Bugat / Condé Nast Archive

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