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David Gandy, el ‘top’ mejor pagado del mundo

Dicen de él que roza la perfección física y que es un negociante nato. David Gandy tiene como referente a las compañeras de profesión que más alto han llegado: en el mundo de las supertops, él quiere ser el rey.

David Gandy
Brenda Otero & Chabela García (Realización)

Nada te prepara para el efecto que produce David Gandy (Billericay, Essex, Inglaterra, 1980) frente a una cámara. Ni siquiera haber chequeado las listas que lo coronan como el hombre más guapo del mundo. Ni su agente, que durante la sesión te recuerda que «es imposible sacarle una mala foto». Afable y buen conversador, llega al hotel en el Soho londinense vestido con camisa desabrochada y camiseta de cuello en «v». Su atractivo físico es innegable, pero lo mejor está por llegar: al ponerse frente al objetivo despliega todos sus encantos y sus dotes interpretativas. En un momento se muestra cual amante melancólico en pleno abandono; en otro, es ese canalla que con una sola mirada podría convencerte de que atracaras un banco. En un tiempo récord se mete al equipo –femenino y masculino– de S Moda en el bolsillo.

Gandy es uno de los pocos modelos que, en cuanto a campañas sustanciosas y desenvoltura para los negocios, puede medirse con las grandes supermodelos. Acaba de ser nombrado embajador de la etiqueta más lujosa de Johnnie Walker, Blue Label, ha protagonizado campañas de Carolina Herrera, Ermenegildo Zegna o Massimo Dutti y ha trabajado con fotógrafos de la talla de Mario Testino, Steven Klein y Steven Meisel. Su pasaporte a las alturas le llegó de la mano de Domenico Dolce y Stefano Gabbana, quienes en 2006 lo eligieron para la campaña de su fragancia Light Blue. En las aguas exageradamente azules del mar Tirreno, recostado en una barca y con un minúsculo bañador blanco como único atavío, el modelo encarnaba la fantasía de un amor de verano en Italia. Pero, a pesar de su aire mediterráneo y perfil romano, Gandy nació y creció en Essex, una zona al norte de Londres y tierra natal de Victoria Beckham, que el resto del país identifica con el autobronceador y el vestuario poco discreto. El top, sin embargo, se ha mostrado al mundo como un apasionado de la sastrería clásica y los coches deportivos de lujo. 

Cardigan de punto (c. p. v.) y pañuelo de seda (c. p. v), ambos de Gucci. En la foto anterior, vaqueros modelo Cane I27 de Pepe Jeans London (85 €).

Damon Baker

Definitivamente, Gandy ha sabido sacar partido de su imagen para posicionarse como referente de estilo hasta convertirse en una marca en toda regla. Actualmente es el único modelo que forma parte de la organización de la semana de la moda masculina londinense, colabora en Vogue, firma artículos sobre motor para la edición británica de GQ, ha publicado un libro de fotografías y ha lanzado sus propias aplicaciones de móvil. Y es que no solo de belleza vive el hombre.

Kate Moss, Lily Donaldson, Karen Elson, Georgia May Jagger, Lily Cole, Naomi Campbell, Stella Tennant, Jourdan Dunn y… David Gandy. Usted fue el único hombre que desfiló en el dream team de la moda británica durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres.

Fue un honor. Aunque a veces se percibe como algo accesorio, la industria de la moda británica supone millones de libras y, además, cuenta con los mejores modelos del mundo. Somos un pueblo al que no le gusta alardear pero ese era el momento para mostrar y celebrar nuestra cultura. En la ceremonia perdí el ritmo al saludar, pero creo que gustó ver que me estaba divirtiendo. El backstage era realmente curioso. En un espacio mínimo nos juntamos a tomar té con Pink Floyd, Russell Brand, Neneh Cherry, The Who… Estábamos tan hacinados que no nos podíamos ni mover.

Esa imagen que dio la vuelta al mundo, en la que usted aparece acompañado solo de mujeres, es el reflejo de una profesión en la que impera el universo femenino. Como hombre, ¿se siente discriminado?

En esta industria hay una gran disparidad entre sexos. La mayoría de los modelos masculinos se gana la vida haciendo catálogos, algo que detesto. Yo aspiro a trabajar con los mejores y a crear algo icónico como hacen las supermodelos. Nunca he entendido por qué otros hombres no lo han intentado. Mis compañeros, cuando han llegado a cierto nivel en esta profesión, lo han dejado para ser actores o tocar en un grupo. No es mi caso, yo me he propuesto romper con esta dinámica.

Traje de algodón y seda (1.685 €) y camisa de algodón (275 €), todo de Giorgio Armani.

Damon Baker

Eso es precisamente lo que le ha atraído de usted a la marca Johnnie Walker, que recientemente lo ha nombrado embajador de Blue Label: «Su capacidad para transformar las reglas tradicionales consiguiendo no solo su progreso, sino también el de su entorno», dicen.

Sí, he cambiado las reglas del juego. En 1860 Johnnie Walker innovó envasando su nueva mezcla de whisky en una botella cuadrada más fácil de transportar. En la marca consideraron que yo, a mi modo, también había sido un innovador en la industria de la moda.

Para empezar consiguió que en la cuña del perfume Light Blue de Dolce & Gabbana no viéramos a la chica…

La gente piensa que ese anuncio fue un golpe de suerte en mi carrera, pero lo cierto es que tracé un plan con mi agencia. Dolce y Gabbana celebraban una fiesta de cumpleaños y mi agente me dijo que tenía que colarme allí como fuera y conocerlos. Tras inventar un montón de historias, conseguí entrar. Los diseñadores, al verme, recuerdo que exclamaron: «¡Ah, guapísimo!». Y de ahí surgió esta campaña, fotografiada por Mario Testino.

Siente una gran admiración por el fotógrafo peruano…

Sí, con él aprendí que se podía hacer una sesión de fotos teniendo un buen ambiente. Al fin y al cabo no estamos en un quirófano, este trabajo debe ser ameno. Mario, además, es muy respetuoso. Aunque no te haya visto hace tiempo siempre te pregunta por tu abuela o por el proyecto que tienes entre manos. Y no tendría por qué hacerlo… ¡Es el gran Testino!

En aquel entonces se llevaban los modelos delgados y andróginos. ¿Cómo se las apañó para tener tanto éxito?

Recuerdo que era el hazmerreír. La ropa de los diseñadores no me servía. Mis compañeros intentaban adelgazar pero yo sabía que con mi altura y anchura nunca podría llegar a ser menudo, así que decidí fortalecerme aún más. Todos intentaron disuadirme, pero lo cierto es que gracias a eso pude conseguir campañas como la de Dolce & Gabbana. Fue el principio de una tendencia. Después de eso, Armani eligió a Beckham para vestir sus calzoncillos y Calvin Klein sacó el perfume Man.

Vaqueros modelo Cane I27 de Pepe Jeans London (85 €).

Damon Baker

Su rostro apareció en grandes vallas publicitarias. ¿Notó que se le empezaba a tratar de manera diferente?

En el momento en el que te nombran uno de los hombres más guapos del mundo se crean ciertas expectativas. Te da la impresión de que se espera que seas otro tipo de persona. Yo soy solo un chico de pueblo que quiere divertirse. Aún me resulta extraño que me pregunten cómo consigo mantenerme con los pies en la Tierra… ¡Pero que no nos dedicamos a la neurocirugía, que es solo moda! 

Además de estar considerado como uno de los hombres más guapos del mundo, también dicen de usted que es uno de los mejor vestidos. ¿Siempre le interesó la ropa?

Nunca aspiré a dedicarme a esta profesión. Provengo de una familia humilde. Mis padres salieron adelante trabajando muy duro en sus negocios. Por eso pretendo acabar con la imagen elitista de la moda y acercarla a la calle. Antes, que un hombre se preocupara por su físico, tenía una connotación gay, pero ahora es algo común y aceptado. David Beckham, Jude Law o yo hemos demostrado que es así.

¿Algún consejo para comportarse como el perfecto gentleman?

Vivimos tiempos en los que predomina la individualidad y las redes sociales están empeorando ese comportamiento. Pero también hay que preocuparse por los demás: eso es ser un caballero. En cuanto al aspecto exterior, cuando veo a hombres que llevan traje con cualquier zapato pienso: «¿Por qué ya no existen tipos como Paul Newman o Steve McQueen?». El calzado es muy importante, es lo primero en lo que se fijan las mujeres.

Traje (1.360 € aprox.) y camisa de algodón (190 € aprox.), todo de Dolce & Gabbana.

Damon Baker

Ha desarrollado diferentes aplicaciones para el móvil en las que regala consejos de estilo, ¿no es así?

Sí. Hay una de moda en la que hablo sobre los básicos que no pueden faltar en el armario masculino. He lanzado también otra aplicación de fitness. La sección que más éxito tiene es la que ayuda a perder peso y definir musculatura.

Lleva ya algunos años en esta profesión. Los suficientes como para decir cuál es el mayor tópico que prevalece sobre los modelos masculinos… 

Se sigue diciendo que no tenemos cerebro. Ante eso siempre contesto: «Me pagan por viajar, conocer a mujeres guapísimas y hacerme fotos. ¿No sería estúpido que no aceptara un trabajo así?». He escuchado tantos chistes sobre Zoolander que al final me lo he tomado con humor y, como homenaje a la película, he bautizado mi organización benéfica Blue Steel (Acero azul).

Si queremos dar con usted, en lugar de encontrarlo viendo Zoolander, lo más probable es que esté en un mercadillo de antigüedades… 

Sí, soy un gran aficionado. Estoy decorando la casa victoriana que me acabo de comprar y restaurando un Mercedes de los años 60. Creo que lo pintaré de color azul medianoche con asientos de cuero rojo. Me encantan los muebles industriales y los viejos relojes franceses. En el futuro me gustaría lanzar mi propia línea de decoración.

Traje de algodón y seda (1.685 €) y camisa de algodón (275 €), todo de Giorgio Armani.

Damon Baker

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