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Trucos para aclararte el pelo (sin teñirte)

Los remedios de la abuela –con miel, limón y vinagre– funcionan. Eso sí, siempre y cuando la base sea rubia o castaña clara. De lo contrario el efecto puede ser el temido anaranjado.

rubios
Corbis

Sí, se puede. El sol, la camomila, la miel o el limón han aclarado millones de cabellos a lo largo de toda la historia de la Humanidad. Y seguirán haciéndolo. Ojo: aclarar significa iluminar, dar vida, volver más rubio. Eso sí, siempre que esos atributos capilares visibles fueran de entrada cual trigo del trigal. Es decir, rubios naturales, teñidos o con mechas. Pero rubios. Algunos trucos hasta son de agradecer cuando el rubio teñido empieza a degenerar. Porque, desengáñate, nada te va a dejar la melena de Edurne si tu pelo es negro azabache. Eso ya es tarea de productos de peluquería. ¿Y en cabellos castaños? Es jugar a la ruleta rusa: a algunos (los más claros) les deja un grato tono miel mientras que otros maldicen los matices rojizos-anaranjados de su nuevo look. Si aún así quieres aventurarte aquí tienes unas cuantas opciones:

1. Champús iluminadores

Lo que toda la vida se han llamado champús para cabellos rubios. Suelen llevar camomila (familiarmente conocida como la manzanilla de toda la vida). “Esta flor contiene apigenina, un flavonoide vegetal. Su forma de actuar es sencilla: contiene pigmentos naturales amarillos que, lavado tras lavado, se depositan en las escamas de las hebras capilares proporcionando reflejos dorados naturales”, explican desde los laboratorios Klorane, donde vienen desarrollando toda una gama capilar a la camomila.

2. Preservar al lavar

Los rubios teñidos tienden a degenerar desde el minuto uno. Y más, con cada lavado. “Los acondicionadores Custom-Tone Blonde Idol de Redken integran un sistema que permite depositar una cantidad variable de pigmentos de color en cada lavado para mantener un rubio intacto semana tras semana”, señala Alexandra Ríos, directora de marketing de Redken España. A elegir: para rubios platino o para los tonos dorados. La mascarilla Soin nuanceur de couleur blond doré de Christophe Robin contiene pigmentos iridiscentes e Iris Fiorentina para neutralizar los efectos de la oxidación y el proceso de coloración amarillenta. En otras palabras: hacen que el color de recién aplicado el tinte dure más.

3. Aclarar con limón o vinagre

Las abuelas juraban que haciéndolo así te quedabas rubia cual princesa de cuento (de las de antes de Mulan, se entiende). Era agradable si se optaba por la solución cítrica, pero bastante apestoso si elegían la segunda. ¿Y servía? En su época sí porque los jabones dejaban bastantes residuos que había que barrer con un ingrediente ácido. Es decir, no es que se aclarara el cabello, sino que revelaban el rubio verdadero. Y poco más. Lo positivo del mejunje es que el poder astringente del ácido mejora el estado de un cuero cabelludo graso. Pero si no sobra esa capa sebácea, puedes acabar con picores y sequedad. Christophe Robin tiene una loción para finalizar el lavado a base de vinagre de frutas. Funciona igual pero huele mejor que el vinagre de la ensalada. Es la Lotion de finition éclat blonds au vinaigre de fruits: su pH 4,5 permite sellar las cutículas y realzar el brillo natural.

4. Echar limón y ponerse al sol

Vendría a ser una vuelta de tuerca al paso anterior. Es sencillo: exprimir el preciado cítrico, verterlo sobre la cabellera y ponerse al sol. Hay que prestar especial cuidado en que no gotee ni escurra sobre el rostro, ya que podrían quedar manchas. El cabello se irá aclarando de forma gradual pero permanente porque es una decoloración suave. Se desaconseja para cabellos morenos ya que pueden acabar anaranjados. Además hay que evitar a toda costa meterse en la piscina. Los aditivos que se añaden al agua (no el cloro, sino el sulfato de cobre para evitar la proliferación de hongos) pueden desencadenar una fatal reacción química que deje la melena verde. Otra opción es embadurnarlo con manzanilla y ponerse bajo el astro rey. Ten a mano toneladas de mascarilla hidratante porque resecan bastante.

El limón, un remedio de abuela que funciona.

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5. Mascarilla de azafrán

Ahí va la receta: camomila para dorar el cabello, mucílago de linaza y lecitina de soja para nutrirlo y suavizarlo, azafrán para darle reflejos dorados y zumo de limón para un plus de brillo natural. Puedes hacerla en casa o comprarla ya hecha. La casa británica Lush, lo hace en su tratamiento capilar Marilyn. Para evitar falsas expectativas advierten: “Esta mascarilla pre-lavado no cambia drásticamente el color del cabello ni lo tiñe. Usado de forma reiterada sobre cabellos rubio a castaño claro potencia el efecto mechas que produce el sol de forma natural”.

6. Con agua oxigenada

Entre las muchas barbaridades que se pueden hacer en edades tempranas está la de encerrarse en el baño y empaparse la cabellera con agua oxigenada (sí, lo confieso, fue mi primer rubio, tan anaranjado como letal para la salud de mi fibra capilar que acabó con textura de estropajo). Afortunadamente, ya existen sprays aclarantes inspirados en aquella locura pero sin sus devastadoras consecuencias. Por ejemplo, pulverizar Go Blonde Lightening Spray de John Frieda  o Sun In  sobre la melena y aplicar secador o ponerse bajo el sol promete aclarar varios matices casi al instante. Las fórmulas incluyen limón y camomila. Pero también peróxido de hidrógeno (en su farmacia o lineal de supermercado como agua oxigenada). Para contrarrestar y suavizar también contienen caléndula, aminoácidos de seda o semillas de girasol. Pueden aplicarse sobre toda la melena, solo en puntas o a mechones según el efecto buscado. Aunque los fabricantes sugieren usarlo preferentemente en cabellos dorados, aseguran que los castaños medios adoptan un bonito tono miel. Sus detractores advierten que en cabellos marrones la cosa puede derivar peligrosamente en un desagradable rojizo.

7. Un poco de miel

El fruto del trabajo de las abejas no ilumina, aclara de verdad. Y todo porque lleva peróxido. Ni que decir tiene que los resultados pueden ser impredecibles. La parte buena es que la propia miel suaviza.

Además de aclarar, la miel hidrata.

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8. Tinte falso

Pongamos que esta noche quieres darte un aire nórdico y que ya tienes un cabello más o menos vikingo. Puede que incluso no te apetezca lavarlo. Hay champús en seco como A Bit Blondish Hair Powder de Bumble & Bumble que depositan un sutil polvo color oro. Y matas dos pájaros de un tiro: eliminar el exceso de grasa del cuero cabelludo y hacer que los cabellos brillen como ungidos por el sol. Algo similar hacen las fibras voluminzadoras de Viviscal. Ojo: esto es como lo de Cenicienta, solo dura hasta que lo laves de verdad.

9. Exfoliación profesional

Siliconas, contaminación, aguas calcáreas… “Todo eso sobre el cabello lo deja apagado, incluso cuando aún no hay raíz. Y es especialmente notorio en los rubios. Se soluciona con un peeling natural a base de alfahidroxiácidos, en concreto, del ácido cítrico del limón y el pomelo. Estos agentes exfoliantes ayudan a eliminar los restos depositados en la fibra capilar, quitan la opacidad y devuelven el rubio brillante”, explica la beauty hunter Claudia di Paolo. En otras palabras: lo del limón de las abuelas pero en versión alta peluquería.

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