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Superalimentos cosméticos

La dieta no soluciona los problemas cutáneos, pero sí refuerza los efectos positivos de las cremas. Dos expertos nos ayudan a escoger las vitaminas, minerales y nutrientes ideales para un cutis perfecto.

Verduras

No los sustituyen, pero sí los refuerzan. Los alimentos son capaces de multiplicar los efectos de algunos cosméticos; se pueden convertir en sus aliados y corregir problemas. Por eso algunos reciben el nombre de superfoods (superalimentos, en inglés). «Una dieta equilibrada mejora el funcionamiento del organismo y, de rebote, se traduce en una piel hidratada, iluminada, libre de acné y de otras patologías», argumenta Purificación Espallargas, experta en Medicina antiaging y Nutrición. Los estudios recientes lo corroboran. Por ejemplo, según una investigación francesa, los lípidos (presentes en el pan integral) ayudan a reducir la sequedad y otros desórdenes cutáneos, como el enrojecimiento excesivo y la psoriasis. Este tipo de ceramidas se comporta como el cemento de las células de la dermis; es decir, las protegen, según cuentan Alan C. Logan y Valori Treloar en The Clear Skin Diet. Analizamos varias soluciones nutricionales a problemas de la dermis.

1. Adiós a la piel seca

El aire acondicionado, las duchas demasiado calientes o la calefacción cuartean la rmis. «Todo lo que provoca calor o frío deshidrata. El aire, también; lo hace por rozamiento», explica Espallargas. Los aceites con absoluto de rosa soberana miman las pieles más sensibles y las regeneran. Para reforzar su efecto se puede echar mano de varios alimentos. «La cáscara de arroz es rica en vitamina C y, por lo tanto, ayuda a mantener la hidratación. También contiene vitaminas del grupo B que aumentan las defensas y el sistema inmunológico», describe la experta. Aparte de los clásicos dos litros de agua, también hay que tomar té e infusiones sin azúcar. «El pan integral y el arroz aportan minerales y son muy útiles; otros aliados son los huevos, la fruta y la verdura; conviene priorizar algunos, como la sandía o los calabacines, ricos en agua», concluye Diana Roig, del Departamento de Nutrición Unilever.

2. Una piel iluminada

El color sirve para acertar con la alimentación. «Las personas con un sistema inmunológico débil deben consumir frutas de color rojo intenso o verde intenso. La razón: contienen mucha vitamina C. Las coles de Bruselas o los espárragos son perfectos», explica Espallargas. La papaya también ayuda porque estimula las células blancas. Estos alimentos sirven para corregir el tono apagado de la piel. «Son antioxidantes y ayudan a combatir los estragos de la polución. Además, son vitales para sintetizar el colágeno, clave para la elasticidad», razona Roig. Otra opción son los comprimidos de vitaminas.

3. El acné a raya

Los ambientes secos no permiten que la piel se exfolie de forma natural y, a veces, la inflaman. «El salmón, las nueces y los aceites vegetales contienen EPA, un ácido graso del tipo omega 3. Forma parte de las membranas de nuestras células, lo que les confiere elasticidad. Es importante consumir suficiente omega 3 porque nuestro organismo no lo fabrica por sí mismo», señala Roig. Este ácido graso bueno calma la piel y potencia la acción de activos de las cremas antiacné. «Mitiga las patologías inflamatorias, como el acné, la psoriasis, la dermatitis…», sentencia Espallargas.

4. Arriba ese ánimo

Las mujeres tienden a comer poco por la mañana y mucho por la noche, según Nancy Clark, autora del libro Nancy Clark’s Sports Nutrition Guidebook. Resultado: se deprimen más. «El desayuno debe ser completo y contener fibra, yogur, fruta…; así se consigue un metabolismo equilibrado y evitamos picar entre horas», sugiere Espallargas. Beber 50 mililitros de infusión de menta también levanta el ánimo, según un estudio de la Universidad de West Virginia. Algunos olores, como el de la menta, cargan las pilas. Las fragancias o aceites con plantas esenciales (como el basílico) bajan los niveles de estrés.

5. Miradas sin arrugas

El tomate, la piña, la sandía, el té verde y el chocolate negro ayudan a proteger una de las zonas más delicadas del rostro: el contorno de ojos. «El té y el chocolate negro, ricos en polifenoles, son antioxidantes y luchan contra los radicales libres. El tomate, cargado de vitamina A y licopeno, mejora las defensas frente a la radiación ultravioleta y frutas como el kiwi, la piña y la sandía, llenas de vitamina C, neutralizan el efecto del sol», afirma Espallargas. Es decir, aparte de la crema solar y la antiarrugas, vitales para la salud dérmica, debemos reforzar la dieta con este tipo de frutas y verduras.

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