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¿Qué podemos esperar de una crema que cuesta menos de seis euros?

Analizamos qué nos ofrece la cosmética de bajo coste.

cremas low cost

Vivimos en la era low cost y, como era lógico, ésta alcanzó hace años también al mundo de la belleza. El problema con esta denominación de 'bajo coste' está en que tiene muchas connotaciones negativas que, en el caso de la cosmética, son completamente erróneas. ¿Un tratamiento barato tiene que ser menos efectivo por su precio? O, aún peor, ¿puede llegar a ser nocivo para quien la utiliza?

Los consumidores se empezaron a alarmar con este último punto cuando, hace unos días, Mercadona retiró unas referencias de su marca Deliplus por precaución. Tanto la Agencia Española del Medicamento como los propios laboratorios fabricantes aclararon que ninguno de los productos entrañan un riesgo para la salud. En cualquier caso, lo que sí podemos esperar de un producto de cosmética barato es la más absoluta seguridad.

El doctor Alex Camps, dermatólogo perteneciente al colectivo The Doctors, confirma por teléfono que sería "completamente insensato" vender un producto nocivo para la salud dado que los controles de calidad que deben superar en España son muy estrictos, aunque sean low cost. "Sería más peligroso para la salud el mal uso de la dermocosmética porque tiene sus tratamientos tienen concentraciones muy altas de activos", añade, "pero la seguridad no tiene nada que ver con el precio".

Desde Carrefour, que distribuye su propia marca de cosmética, Les Cosmétiques Design Paris, corroboran que sus productos se someten a controles antes de su salida al mercado, que abarcan desde la elección de los ingredientes hasta los tests de consumidores de manera que la calidad nunca se ve comprometida, además de que siempre se cumple rigurosamente con la legislación europea. "Podemos decir que Les Cosmétiques cuenta con 'doble garantía de calidad' ya que a los controles los realiza el fabricante del producto (internos y externos) se añaden los que desarrolla Carrefour", confirman.

Esta crema para pieles mixtas de Essence tiene un precio de 2,49 euros.

Essence

¿Qué efectividad puede tener un tratamiento barato?

Sabiendo que la seguridad está garantizada por las autoridades sanitarias, da qué pensar hasta qué punto pueden actuar los tratamientos a muy bajo precio. Existen distintas maneras de abaratar los costes de producción que dependen del tipo de empresa:

– No invertir en marketing ni publicidad: como ya nos contaron hace tiempo los responsables de Cosnova (la empresa responsable de Essence, que tiene cremas de menos de tres euros), centran sus inversiones en el desarrollo de los productos y en innovación en vez de en campañas publicitarias o tener como imagen a una famosa.

– Con modelos de economía a escala: desde la mítica Nivea (con líneas de tratamiento facial cuyas referencias no llegan a los 6 euros), Gisela González, su PR Manager, nos explica que tienen una estructura de organización empresarial en la cual las ganancias de la producción se incrementan y los costos se disminuyen como resultado del aumento del tamaño y eficiencia de la empresa. "Dados los precios a los que una empresa puede comprar los factores de producción, surgen economías de escala si el aumento de la cantidad de factores de producción es menor en proporción al aumento de la producción. Esto nos permite ofrecer precios competitivos sin afectar a la calidad global del producto", aclaran desde su sede española.

– Al ser la marca propia de una compañía: como sucede en el caso de Les Cosmétiques, de Carrefour, que aplica en el precio todas las eficiencias obtenidas en la gestión global de la marca como son la logística, producción y gastos de promoción y márketing. "De este modo se logran precios muy asequibles en productos que realmente funcionan sin comprometer en modo alguno la calidad", explican desde Carrefour.

Las cremas de la gama ‘Esenciales’ de Nivea cuestan 5,99 euros.

Nivea

En cuanto a efectividad, ¿qué podemos esperar de un producto de bajo coste? Los efectos de un tratamiento radican en la concentración de activo que contengan; cuanto más baja sea, menos funcionará. Atendiendo a las explicaciones anteriores, que un producto sea barato no es sinónimo de baja concentración, algo que también nos confirma el doctor Alex Camps: "Se puede hacer cosmética muy barata y eficaz. Además, para que un cosmético funcione también hay que llevar a cabo una buena aplicación y tener constancia, algo que ya no depende del fabricante.

Les Cosmétics, por ejemplo, cuenta con su propio departamente de I+D donde trabajan tanto en la optimización y mejora continua de las fórmulas como en el desarrollo de nuevos productos. "Máxima innovación al alcance de todos", nos recuerdan desde Carrefour, donde sus tratamientos tienen precios más que asequibles, como su Crema Hidratante Intensiva de 1,90 euros o su contorno de ojos y labios de 4,50.

La casa Nivea es un caso especial ya que desde hace nada menos que 125 años su departamento de Investigación y Desarrollo ha sido "una fuente fundamental de competencia dermatológica para la empresa", asegura su PR Manager. Más de 850 personas trabajan en I+D en su central de Beiersdorf; de ellos, 450 son científicos que investigan en colaboración con universidades internacionales. Cuando preguntamos sobre qué esperar de sus tratamientos baratos a nuestra fuente de Nivea, lo tienen claro: "Todo lo que prometemos en nuestras comunicaciones. Es otra de las características de la marca: responder a las promesas que realiza al consumidor".

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