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¿Es el pelo al natural el nuevo maquillaje ‘nude’?

Hay muchos motivos para abrazar esta tendencia en la que no hay cabida para tintes o tenacillas. Y lo mejor: requiere el mínimo esfuerzo.

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Cordon Press

Desde que Alicia Keys inauguró hace poco más de un mes el hashtag #NoMakeUp, decenas de celebrities la secundaron en una nueva cruzada contra los cosméticos. La cantante aseguró, en una entrevista que concedió a la revista Lenny, que estaba cansada de tener que esconderse. “Siempre que salía de casa sin maquillar, me sentía agobiada por la posibilidad de que alguien me pidiese una foto. Y lo que era peor, que la subiese a las redes sociales”. Este movimiento se hizo viral, y miles de mujeres anónimas lo llevaron a cabo. Sin embargo, otras voces señalaron que Keys era una privilegiada: su tez era perfecta y para ella resultaba más sencillo que para el resto ir con la cara lavada. Por lo tanto, si otras mujeres no aceptaban el reto, no debían ser censuradas. Esta propuesta se sumó a la lista de acciones públicas que las artistas han ido adoptando los últimos años: el boicot a la ‘mani cam’ o la compartida negativa a llevar tacones son algunas de las más recientes.

Ahora, como siempre ocurre después de años de excesos, los patrones de belleza demandan naturalidad. Muchos aun se recuperan del hartazgo que sufrieron después de años de melenas excesivas. Quique Sánchez, director creativo de EspacioQ asegura que “este movimiento es una consecuencia de aquellos looks tan cargados de los años 90 y finales de los 2000: cabellos asimétricos, colores neón y estética bastante fuerte”. Y esta dirección hacia los básicos está presente también en los cuidados que le dedicamos a nuestro cabello. Tiene sentido: durante los últimos tiempos, las nuevas preferencias conjugan comodidad y sencillez. Si no, ¿cómo se explica que el athleisure vuelva a ser el estilo predilecto de las estrellas?

El tinte daña el pelo

Lo extraordinario de la moda es que nos permite ser una persona diferente casi siempre que así lo decidamos: una mañana podemos levantarnos con el ánimo melancólico y optar por un vestido hippie; y por la noche, decantarnos por una mini falda y unos botines de tachuelas. Con el cabello ocurre lo mismo; tenerlo largo nos otorga libertad y nos permite probar cada día peinados distintos, por eso los cortes de pelo generan tanto estrés. Sin embargo, teñirse de un color que no es el nuestro nos impide dar marcha atrás y probar nuevas opciones. Solo aplicándonos un segundo tinte similar al de nuestra coloración natural podremos retroceder, pero lo más probable es que se nos deteriore mucho el pelo.

Por eso, Sánchez se inclina por crear coloraciones naturales o tonos sutiles que no creen esa necesidad imperiosa de retocarse cada mes. “La mujer de hoy en día demanda colores que se puedan mantener en el tiempo y que le otorguen mucha luz. Normalmente, se buscan los degradados tanto en rubios como en castaños y pelirrojos, y se trabajan con una raíz más sutil hasta lograr una mayor intensidad en la punta, sin caer en el concepto de mecha californiana. En cuanto al corte, solemos dejar el cabello poco peinado y un poco wavy. Mujeres como Marion Cotillard o Kate Bosworth son un buen ejemplo de ello”.

Carlota Casiraghi, la reina del pelo natural.
Carlota Casiraghi, la reina del pelo natural.Cordon Press

Llevarlo natural nos concede tiempo extra

Para algunas personas, tener que acudir a la peluquería de manera habitual se convierte en una preocupación más. La mayoría de los adultos –máxime las mujeres– tienen que robarle horas al sueño para cumplir con sus obligaciones diarias. Así que cubrirse las canas o pasarse la plancha cada mañana supone un esfuerzo que poca gente se puede permitir. Por este motivo, ya no resulta sorprendente ver cómo las que rondan los 40 deciden no taparse las canas, y las más jóvenes optan por peinados cómodos y sencillos: el cabello sleek o el moño texturizado campan a sus anchas por las calles esta temporada estival.

Es sano

Actualmente, llevar a cabo una dieta orgánica (e incluso vegana), que se constituya de alimentos que no hayan sido tratados con pesticidas o fertilizantes artificiales es una de nuestras principales inquietudes. En consecuencia, también prestamos más atención al lugar de fabricación de las prendas que vestimos, y nos aseguramos de que los productos que compramos provengan de empresas responsables con el medioambiente y los trabajadores. Por eso, en medio de este caldo de cultivo, no resulta extraño que se abogue por un trato natural también para el cabello. En vez de usar secadores y tenacillas, las que se adscriben a esta “moda” invierten ese tiempo en actividades más beneficiosas para el pelo, como nutrirlo o repararlo. En internet proliferan los remedios caseros para cuidarlo como es debido.

Riley Keough, con un pelo natural y perfecto.
Riley Keough, con un pelo natural y perfecto.Cordon Press

Las melenas demandan una vuelta a los clásicos

Hace poco más de un año, el homespun, que no es otra cosa que aquello que resulta sencillo y se lleva a cabo en casa, se colaba en el mundo de los cuidados capilares. Los amish son los principales representantes de este estilo de vida que ahora adoptan generaciones que viven en grandes ciudades a un ritmo frenético. Esta tendencia reivindica la caída natural del cabello o los mechones sueltos, y aboga por llevar el pelo sin moldear, al natural. Sánchez explica que es un acabado con el que él y su equipo suele trabajar a menudo. “Nuestro perfil habitual no aboga por el exceso de peinado. Además, de esta manera se consigue un cabello más saludable porque evitamos secarlo con herramientas de calor y usar productos que lo puedan dañar”. Las webs que secundan este hábito recomiendan engalanar el pelo con complementos como pinzas, diademas o pasadores. Y con gorros de lana para esos días en los que llueve o nos levantamos con un bad hair day.

El rizo, al natural

La mayoría de las chicas que se alisan el pelo cada día lo tienen ondulado, o incluso rizado. La supremacía de la melena lisa como una tabla ha dinamitado la autoestima de aquellas mujeres que han nacido con el pelo crespo. Y el problema se subraya entre las jóvenes afroamericanas. La escritora y activista nigeriana Chimamanda Ngozi ha señalado en distintas ocasiones las aberraciones capilares a las que se veían sometidas sus compatriotas para conseguir un cabello lacio, con la aplicación de productos tóxicos y dañinos para su salud. Sin embargo, en la última edición de la Super Bowl, Beyoncé sorprendió al público con una comitiva de bailarinas de pelo afro, que reivindicaban así sus raíces y las abrazaban.

It’s kind of weird taking a 14 hour plane ride and then going immediately to the beach. #Australia

Una foto publicada por Miranda July (@mirandajuly) el 4 de Mar de 2016 a la(s) 6:43 PST

Marca la diferencia

Durante los últimos años proliferan los retiros espirituales en los que por unos miles de dólares, las celebrities pueden relajarse lejos del ajetreo urbanita. Allí persiguen una comunión con la naturaleza y evitan a toda costa cualquier tipo de conexión virtual. Es una reacción lógica, en una sociedad en la que la inmediatez y la disponibilidad son valores a la orden del día. En consecuencia, surgen tendencias nuevas casi cada día; y algunas personas, hartas de la globalización de las modas, optan por buscar alternativas más clásicas y orgánicas. Llevar el pelo al natural es una buena opción para lograrlo. Sánchez asegura que esta nueva predisposición ya se palpa en las calles. “Llevamos dos años respirando estos ‘natural looks’, e incluso se han colado en las colecciones crucero de diseñadores como Vetements”.

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