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Belleza desde las antípodas

Después de la francesa, la coreana o la japonesa, la cosmética australiana toma posiciones. ¿Sus bazas? Una vocación natural y varias famosas como adeptas.

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Getty

En un país con tantas horas del sol al año, preferencia por el ocio al aire libre y uno de los mayores índices de cáncer de piel del mundo, los habitantes de Australia no deben olvidarse del cuidado y protección de la piel.  Esa razón, unida al creciente interés por todo lo natural podría explicar el auge de las marcas cosméticas de las antípodas. Una tendencia que se propaga gracias a las famosas nacidas en el otro extremo del globo.


Las cremas de Miranda
Modelo cotizada, experta en nutrición, madre de un niño de 16 meses, aficionada al yoga y además  fundadora de una línea cosmética. Miranda Kerr buscaba una solución para su piel seca y terminó creando su propio producto. Su marca bautizada como Kora utiliza ingredientes ecológicos y basa la mayoría de sus composiciones en el jugo de Noni, una fruta que crece en Tahití. Kerr bebe su zumo desde que es adolescente y utiliza su pulpa para aliviar acné o quemaduras. La fruta se encuentra en productos como la hidratante o el gel sin parabenes que utiliza para bañar a su hijo Flynn. La top confiesa que su marido Orlando Bloom usa la crema rejuvenecedora de pies para darle un masaje cuando llega cansada a casa. No era necesaria tanta información, Miranda.

Remedios tradicionales antipodianos

Ni rodajas de pepino, ni mascarillas de miel y yogur. Los remedios caseros australianos suenan un pelín más exóticos.  Cate Blanchett es fan de la pomada de papaya de Lucas. Un remedio contra la sequedad, labios agrietados o las irritaciones cutáneas con virtudes similares a la 8 hour cream y que cuesta una fracción del precio de la crema de Elizabeth Arden. Este tubito rojo no falta en los bolsos de miles de australianas y es uno de los cosméticos indispensables para Isabel Lucas, Naomi Watts o la británica Alexa Chung.
 

Cate Blanchett, una de las incondicionales de la pomada de papaya

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La botica cool

Aesop pasa de la publicidad tradicional, no incluye más envoltorios que los estrictamente necesarios y vende sus productos en unos botes que recuerdan a frascos de botica. Una imagen cool junto a sus ingredientes botánicos y sus aromas inusuales ha hecho que esta marca australiana se haga hueco en el muy competitivo mundo de la cosmética internacional. Aesop fue fundada hace más de dos décadas por Dennis Paphitis, un peluquero hijo de inmigrantes griegos que creció en la barbería de su familia a las afueras de Melbourne.  Sus productos hoy se venden en tiendas diseñadas por Ilse Crawford, se encuentran en hoteles de lujo y están en la lista de la compra de expertas en belleza y burgueses bohemios de grandes ciudades. El gel de geranio y el sérum antioxidante de semilla de perejil son algunos de sus artículos estrella.

Protección orgánica
El estereotipo de belleza australiana es una chica playera, bronceada y con melena moldeada por el salitre. Pues es no es más que eso: un estereotipo. Porque no hay más que ver el montón de rostros pálidos (y famosos) que salen de las antípodas.  Ahí están Cate Blanchett, Naomi Watts, Mia Wasikowska, Isla Fisher o Nicole Kidman. Para evitar los efectos del sol las actrices no olvidan cubrir sus cutis de alabastro con protección solar. La marca de vocación orgánica Bloom vende protectores con Aloe vera para cuerpo, cara y labios. Dice funcionar durante cuatro horas en el agua: un producto ideal para las surferas.
 

Melena a la australiana

“Hay cosas en la vida más importantes que tu pelo, pero es un buen lugar para comenzar”. Este es el lema de Aussie, una marca de cuidado del cabello australiana con sentido del humor y alguna que otra fórmula casi milagrosa. Su reconstructor 3 Minute Miracle con extracto de menta balsámica australiana arrasa en el mercado británico y empieza a ser popular en nuestro país. También merece la pena probar su champú original, que promete no apelmazar el pelo en su uso diario.

Cosmética de granja
Jurlique fabrica fórmulas naturales de manera sostenible y no prueba sus productos en los animales. Para conocer la marca empieza por su agua hidratante de rosa cultivada en la granja de la empresa en las colinas de Adelaide o el gel revitalizador de hierbas.

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